Miércoles 9 de octubre de 2024

Portugal: miles de peregrinos rezaron a la Virgen de Fátima por la paz en el mundo

  • 13 de mayo, 2024
  • Fátima (Portugal) (AICA)
En el día de la fiesta de esa advocación, el arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, presidió la misa de clausura de la peregrinación internacional al santuario portugués.
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Peregrinos de más de 34 países participaron, este año, de la peregrinación internacional al Santuario de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal. La misa central de este lunes 13 de mayo, fiesta de la Virgen de Fátima, en la que se bendecirá a los enfermos, fue presidida por el arzobispo de Barcelona, España, cardenal Juan José Omella

Las celebraciones comenzaron el sábado, con misas y rosarios, y la tradicional procesión de la noche, con la imagen de la Virgen acompañada de las velas portadas por todos los fieles presentes. 

La urgencia de hoy es rezar por la paz
“Oremos por la paz en el mundo: en Ucrania, en Rusia, en Tierra Santa, en África, en América, en Asia; ¡cuántos países necesitan y exigen la paz!”, expresó el cardenal Omella, en la homilía de la misa de clausura de la peregrinación internacional, evocando las peticiones dejadas en las Apariciones de 1917, en un contexto marcado por la Primera Guerra Mundial, subrayando que siguen vigentes.

“Lo que Nuestra Señora nos pide hoy es paz en el mundo, oremos por la paz. ¡Cuántos países están en guerra, cuántas familias están en guerra! Cuántos corazones están divididos, en guerra. Pidamos la paz”, exhortó.

El arzobispo de Barcelona añadió que esa oración por la paz requiere también un “sacrificio”, vivido como una “donación de amor”.

El purpurado español habló improvisadamente y acortó la homilía que tenía preparada, debido a la intensa lluvia que marcó la jornada. “Cuando empezó la procesión, miré las pantallas y vi a mucha gente llorando. Me emocioné”, confesó el arzobispo catalán, destacando la importancia de la oración en la vida de los cristianos, tanto la personal como la comunitaria.

“Los cristianos no podemos perder esta gran costumbre, esta gran virtud de la oración”, indicó Omella, y destacó la oración “más sencilla”, la del rosario, pidiendo por el mundo y la “salvación de todos”.

La fe, añadió, es “transformadora de la realidad” y llama a todos a ser “misioneros” en el mundo, como pide el proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco.

El cardenal Omella, que forma parte del Consejo de Cardenales, órgano consultivo creado durante este pontificado, llamó a la unidad de la Iglesia: “Vivir juntos, ver fraternidad. Una Iglesia dividida, unos contra otros, que no está unida en torno al Papa, en torno a Jesucristo, en torno a todos nuestros hermanos, si no estamos unidos, capaces de ayudarnos y perdonarnos, no evangelizaremos”, subrayó.

Evocando la oración de San Francisco de Asís, expresó la convicción de que “el mundo cambiará” y les pidió a los cristianos que sean “testigos de la esperanza”. "Desde esta fraternidad y comunión, podemos ser portadores de paz en medio del mundo. ¡Señor, haznos instrumentos de paz!”, añadió.

La peregrinación internacional llevó al santuario de Cova da Iria a unas 250.000 personas, que fueron invitadas  a rezar por la paz , “especialmente por las víctimas de los conflictos en Ucrania, en Tierra Santa y en tantos países del mundo”. En la oración universal, se recordó también el Jubileo de 2025, teniendo como ejemplo el testimonio de los santos Francisco y Jacinta Marto, canonizados el 13 de mayo de 2017, “en la oración y en la práctica de la caridad”.

La celebración marca el 107º aniversario de la primera aparición de Nuestra Señora a los tres pastorcitos, en 1917, y el séptimo aniversario de la canonización de dos de esos videntes, Francisco y Jacinta Marto, por el Papa Francisco.

El saludo a los enfermos estuvo a cargo, al final de la misa, de la hermana Angela de Fátima Coelho, vicepostuladora de la causa de canonización de sor Lucía. “Aquí, en Fátima, Nuestra Señora también mostró a los pastorcillos una nueva perspectiva, otra manera de vivir la enfermedad, para que el sufrimiento no sea absurdo, sino que sea expresión de una vida confiada en las manos de Dios, que es Padre”, expresó la religiosa.

La fiesta de Nuestra Señora de Fátima culminará esta tarde, con un momento de veneración en la basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, donde están enterrados san Francisco y santa Jacinta, según informaron desde el santuario portugués.

El culto a Fátima tiene su origen en los sucesos ocurridos entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, período durante el que tres niños portugueses -Lucía, Jacinta y Francisco- aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen. Los tres menores, que eran pastores, explicaron que la Virgen les hizo varias revelaciones en esos encuentros, las que conforman el Mensaje de Fátima.

Las apariciones convirtieron a Fátima en un lugar destacado de peregrinación para los creyentes, que cada año visitan de a miles ese pequeño poblado portugués.+