Domingo 13 de octubre de 2024

El Card. Rossi animó a 'sembrar en esperanza, sin miedo'

  • 19 de junio, 2024
  • Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba recordó que "la semilla se pierde cuando queda en las manos cerradas de un sembrador" y llamó a realizar pequeños gestos, confiando en que su fecundidad depende de Dios.
Doná a AICA.org

El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, presidió la celebración del domingo undécimo del tiempo ordinario en la catedral Nuestra Señora de la Asunción. En su homilía, el purpurado reflexionó sobre las imágenes presentadas por Jesús en las dos parábolas del Evangelio.

"La primera de estas parábolas, esta imagen del sembrador que siembra y que tiene que esperar, es este desafío de hacer lo que de nosotros depende, que es sembrar, y confiar que el resto queda en manos de Dios. Acompañar los procesos con prudencia, con ese arte de esperar, con esa docilidad al Espíritu", señaló.

En ese sentido, destacó que "Dios es el que hace crecer, y justamente la tentación es que los resultados dependan de mi capacidad, de mi hacer y de mi programar; y en realidad, la fecundidad finalmente depende de Dios".

"Justamente,  la enseñanza es esa: una vez que sembró y metió la semilla, hasta ahí es lo que él puede hacer, lo demás queda en manos de Dios", recalcó, animando a la confianza en lo que Dios hace: "Hacer lo que de nosotros depende, que es sembrar, y a la vez confiar que lo demás está en manos de Dios".

En cuanto a la segunda parábola, del grano de mostaza, que siendo la semilla más chica termina siendo el arbusto más grande, expresó: "Dios no quiere que seamos nosotros árboles altos, sino árboles que cobijan, que tengan una copa a cuya sombra y en sus ramas puedan cobijarse otros".

Citando a la madre Teresa, resaltó la trascendencia de los "pequeños gestos con gran amor" y llamó a revalorizar los gestos pequeños, "incluso algunos que uno puede hasta considerar inútiles, pero que a los ojos de Dios pueden tener mucha fecundidad".

Sembrar en esperanza, sembrar sin miedo
"La semilla se pierde cuando se queda en las manos cerradas de un sembrador, es decir, la semilla se pierde cuando no se siembra, quizás por prudencia o esperando mejores momentos o mejores circunstancias; al final, se nos va la vida y no terminamos de sembrarla", advirtió.

Por eso, expresó: "Ojalá, cuando el Señor venga a buscarnos y a juzgarnos, no nos encuentre con las manos llenas", y volvió a insistir en que "los gestos pequeños tienen una fecundidad grande".

Por otro lado, refiriéndose al Día del Padre, añadió: "Un papá es un sembrador que siembra sus gestos de amor y, a la vez, es un hombre confiado en que Dios hace el resto; y es aquel que confía en que los pequeños gestos finalmente dan fruto, y termina siendo un lugar de cobijo en el corazón".

En ese sentido, describió la misión esencial de los padres de sembrar confiando en Dios y de confiar en que los pequeños gestos de amor, de ternura, de trabajo, de consejo, "gestan una fecundidad muy linda".

"Lo pedimos a la Virgen, lo pedimos a San José, que es una imagen tan hermosa, este padre silencioso, dignísimo, que acompañó al Señor en su vida y en su camino, y de quién el Niñito Jesús aprendió tantas cosas, como fue el trabajo, la oración y la dignidad de un alma grande", concluyó.+