Viernes 6 de diciembre de 2024

Francisco en la misa en Marsella: la Iglesia y Europa necesitan un acto de fe

  • 23 de septiembre, 2023
  • Marsella (Francia) (AICA)
En su homilía, el Papa aseguró que quienes tienen fe "saltan de alegría" porque reconocen la presencia del Señor, e invitó a redescubrir en el Evangelio lo que hace bella la vida
Doná a AICA.org

Un corazón frío e indiferente “se vuelve endurecido e insensible, ante todo y ante todos, incluso ante el trágico descarte de la vida humana”, que vemos hoy “en el rechazo de tantos inmigrantes, de innumerables niños no nacidos y de ancianos abandonados”, afirmó el Papa Francisco este sábado durante la misa en Marsella.

En cambio, el corazón de quien cree verdaderamente en Dios y reconoce su presencia en los acontecimientos de la vida cotidiana “salta de alegría”. La verdadera fe, continuó, también nos anima a “saltar hacia nuestro prójimo”, así como María se dispuso inmediatamente a ayudar a Isabel cuando supo que su pariente había quedado embarazada en su vejez.

El Papa recordó a los fieles que la visita de Dios se vive normalmente en “la sencillez de un encuentro” con nuestros hermanos. A su vez, señaló que el pluralismo que se observa en las ciudades europeas puede ser “una fuerza poderosa contra los excesos del individualismo, el egoísmo y el rechazo que generan soledad y sufrimiento”.

Lo que se necesita hoy, en la vida de la Iglesia, de Francia y de Europa, es “la gracia de dar un salto adelante, un nuevo salto en la fe, en la caridad y en la esperanza”, aseguró. “Necesitamos reavivar nuestro entusiasmo, despertar nuestro deseo de comprometernos con la fraternidad... de arriesgarnos a amar a nuestras familias y atrevernos a amar a los más débiles, y redescubrir en el Evangelio lo que hace bella la vida”.

“Queremos ser cristianos que encuentran a Dios en la oración y a nuestros hermanos en el amor”, expresó, “cristianos que saltan, palpitan y reciben el fuego del Espíritu Santo y luego se dejan encender por las preguntas de nuestros días, por los desafíos del Mediterráneo, por el grito de los pobres y por las 'santas utopías' de fraternidad y paz que esperan ser realizadas”.

El Papa concluyó su homilía con una oración a María, Notre Dame de la Garde, pidiéndole que vele por las vidas, proteja a Francia y a toda Europa y que “nos haga saltar en el Espíritu”.+