Domingo 15 de junio de 2025

La Compañía de Jesús se despidió del primer Papa jesuita

  • 23 de abril, 2025
  • Roma (Italia) (AICA)
El superior general, P. Arturo Sosa se unió al dolor de la Iglesia por el fallecimiento de "nuestro querido hermano en la Compañía de Jesús".
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El superior general de la Compañía de Jesús (jesuitas), padre Arturo Sosa SJ, se unió al dolor de la Iglesia por el fallecimiento del Papa Francisco, miembro por vocación de la Compañía, y agradeció por tanto bien recibido a través del servicio de toda una vida.

"Su partida nos conmueve, pero también nos llena de gratitud", escribe Sosa, destacando cómo Francisco supo guiar a la Iglesia en fidelidad al Concilio Vaticano II. En su mirada siempre atenta a la realidad del mundo, el Papa ofreció palabras de esperanza y caminos posibles de transformación.

Sus encíclicas Laudato si' y Fratelli tutti son prueba de ello: no solo exponen un diagnóstico claro sobre los males de la humanidad, sino que, desde el Evangelio, proponen rutas hacia la justicia, la reconciliación y la paz. 

El superior general subrayó especialmente la apuesta de Francisco por el diálogo: entre culturas, religiones y hasta entre adversarios políticos, como un modo de construir comprensión, solidaridad y estabilidad.

Un incansable defensor de la paz
La admiración del padre Sosa también recae sobre el compromiso inagotable de Francisco con la paz y la justicia. Ya fuera impulsando iniciativas propias o apoyando las de otros, siempre creyó en el poder del encuentro. Su sensibilidad hacia los migrantes, especialmente los que arriesgan la vida cruzando el Mediterráneo, y su rechazo constante a la guerra y la intolerancia marcaron su pontificado.

Francisco puso siempre el acento en caminar juntos: obispo y pueblo, unidos en la fraternidad, el amor y la oración. Para el padre Sosa, esta fue una clave fundamental de su magisterio, junto con su insistencia en una Iglesia sinodal, construida desde la escucha y el discernimiento compartido.

En su relación con los jesuitas, el Papa no dejó de recordarles la importancia de cultivar una vida espiritual sólida. "Nos pedía dejar espacio suficiente para la oración y la experiencia espiritual en nuestra misión", relata Sosa, recordando cómo, sin esta raíz, el resto de sus compromisos apostólicos perdería fuerza.

Uno de los momentos más significativos, según el padre general, fue el encuentro con la Congregación General Nro. 36 en el año 2016. Allí, Francisco les urgió a buscar consuelo en el Señor crucificado, a dejarse conmover por su dolor para poder servir a los "crucificados" del mundo de hoy. Una llamada que, dice Sosa, define profundamente la identidad de los jesuitas.

Finalmente, Sosa recuerda cómo la alegría del Evangelio fue una constante en la enseñanza de Francisco. Ya desde su primera exhortación, Evangelii Gaudium, el Papa dejó claro que esta alegría era para él algo esencial e irrenunciable.

Su relación con la Compañía de Jesús fue siempre cercana, aunque marcada por una atención humilde y discreta. La carta concluye con una invitación a acompañar espiritualmente al Papa en su encuentro definitivo con el Dios de amor y misericordia, y a renovar -a la luz de su ejemplo- el compromiso de seguir a Jesús con humildad y entrega.

"Acompañamos con nuestro corazón y nuestra oración al Papa Francisco en su encuentro definitivo con Dios, amor incondicional y misericordia infinita, cuyo rostro nos mostró con su vida y magisterio. Confiados en que el Señor acoge en el banquete del cielo a su Siervo fiel, movidos por su ejemplo, renovamos nuestro deseo y nuestro compromiso de seguir a Jesús pobre y humilde y de servir a su Iglesia", concluye el mensaje del superior general de los jesuitas.+