Domingo 18 de mayo de 2025

León XIV aboga por una Iglesia unida para construir la paz

  • 18 de mayo, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa inició su ministerio petrino con un mensaje de amor y unidad. Asumiendo la intención de "responder a las preguntas, preocupaciones y desafíos de hoy".
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El papa León XIV afirmó hoy que desea una Iglesia "unida" para responder a los desafíos que plantean las desigualdades y los conflictos que marcan a la humanidad.

"En nuestro tiempo, todavía vemos demasiadas discordias, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a las diferencias, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres", dijo en la homilía de la misa que marca el inicio oficial de su ministerio petrino.

"Queremos ser, dentro de esta masa, un pequeño fermento de unidad, de comunión y de fraternidad", añadió León XIV, elegido el 8 de mayo.

El nuevo pontífice llegó a la Plaza de San Pedro en el papamóvil, pasando varios minutos entre la multitud, que lo saludó con aplausos y gritos de "Papa Leone".


Tras recibir el palio papal y el anillo del pescador, símbolos de la autoridad del Obispo de Roma en toda la Iglesia católica, el primer Papa nacido en Estados Unidos de América recordó los tiempos "particularmente intensos" que vive la Iglesia católica desde la muerte de su predecesor, Francisco, el 21 de abril.

"La muerte del Papa Francisco llenó de tristeza nuestros corazones", señaló, evocando también la última bendición del pontífice argentino, "precisamente el día de Pascua".

Servidor y custodio
La intervención también abordó el Cónclave que tuvo lugar entre el 7 y el 8 de mayo, con cardenales de los cinco continentes, destacando la misión de "elegir al nuevo sucesor de Pedro, Obispo de Roma, un pastor capaz de custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, de mirar más allá, para afrontar las preguntas, las preocupaciones y los desafíos de hoy".

"Fui elegido sin mérito alguno y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse servidor de su fe y de su alegría, recorriendo con ustedes el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una sola familia".


León XIV declaró que la misión de Pedro, primer Papa de la Iglesia católica, tenía como dimensiones fundamentales "el amor y la unidad", asumiendo el desafío de "navegar en el mar de la vida para que todos puedan reencontrarse en el abrazo de Dios".

Queremos decir al mundo, con humildad y alegría: '¡Miren a Cristo! ¡Acérquense a él! ¡Acojan su palabra que ilumina y consuela! Escuchen su propuesta de amor para ser su única familia. En el único Cristo somos uno solo', añadió, citando su lema episcopal.

A Pedro se le confía la tarea de amar más y dar la vida por el rebaño. El ministerio de Pedro está marcado precisamente por este amor oblativo, porque la Iglesia de Roma preside en la caridad y su verdadera autoridad es la caridad de Cristo. "Nunca se trata de capturar a los demás con la arrogancia, con la propaganda religiosa o con los medios de poder, sino siempre y sólo se trata de amar como Jesús lo hizo".

En una reflexión sobre su propia misión, León XIV sostuvo que "Pedro [el Papa] debe pastorear el rebaño sin ceder jamás a la tentación de ser un líder solitario o un jefe puesto por encima de los demás, llegando a dominar al pueblo a él confiado".

Ante representantes de varias Iglesias cristianas y de otras religiones, el Papa manifestó su intención de trabajar juntos, también con "cuantos cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y todos los hombres de buena voluntad para construir un mundo nuevo donde reine la paz", en uno de los pasajes resaltado por los aplausos de los participantes.

"Estamos llamados a ofrecer el amor de Dios a todos, para que se logre una unidad que no elimine las diferencias, sino que valore la historia personal de cada persona y la cultura social y religiosa de cada pueblo", señaló.


León XIV invitó a las comunidades católicas a vivir la "hora del amor", por una "Iglesia fundada en el amor de Dios y signo de unidad, una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo, que anuncia la Palabra, que se deja perturbar por la historia y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad".

"Juntos, como un solo pueblo, todos hermanos, caminemos hacia Dios y amémonos unos a otros", concluyó.

Después de recitar la oración del 'Regina Coeli' en la Plaza de San Pedro, León XIV regresó a la Basílica, donde saludó a más de 150 delegaciones representantes de Estados y organizaciones internacionales, así como a líderes cristianos y de otras religiones.+