Sábado 11 de octubre de 2025

León XIV: 'El mundo necesita silencio para volver a escuchar a Dios'

  • 11 de octubre, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Ante eremitas de varios países, el Papa animó a una nueva conciencia de la vida contemplativa y enfatizó la importancia espiritual del silencio, la oración y la renovación interior.
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La vida de eremita, según el papa León XIV, no es una evasión del mundo, sino "una regeneración del corazón" que conduce a una "acción fructífera y creativa por amor a Dios".

Así lo aseguró este sábado al recibir a una delegación de ermitaños, a quienes recordó que la llamada a la oración interior es inherente a todo cristiano, pero los eremitas están llamados a vivir esta vocación de manera ejemplar: "Ustedes son testigos de la belleza de la vida contemplativa en la Iglesia".

Respecto a la sociedad actual, el Papa habló de un "mundo cada vez más alienado por el ajetreo externo, la sobrecarga mediática y el ruido tecnológico". Precisamente por eso, hoy más que nunca, "el llamado a la interioridad y al silencio" es necesario para reconectar "con uno mismo, con el prójimo, con la creación y con Dios", planteó.

León XIV citó al Padre del Desierto Evagrio Póntico: "El monje es aquel que, separado de todos, está unido a todos". La vida del eremita, afirmó el Papa, no separa de las personas, sino que "une en una solidaridad más profunda".

Separado y unido a todos
"El monje es aquel que, separado de todos, está unido a todos", consideró.

Especialmente en las zonas rurales, donde los sacerdotes y religiosos son cada vez más escasos, los eremitas son "variedades preciosas de vida espiritual". Incluso en ciudades caracterizadas por el anonimato solitario, pueden ser oasis de comunión con Dios y con los hermanos.

León XIV instó a los eremitas a preservar la herencia espiritual de los Padres de la Iglesia, pero al mismo tiempo a afrontar nuevos desafíos con la creatividad del Espíritu Santo. Recordó las palabras de san Agustín: "Tu deseo es tu oración; y si es un deseo constante, también es una oración constante".

Para concluir, el Papa instó a los eremitas a "entrar en el misterio de la intercesión de Cristo" en solidaridad con las pruebas de la humanidad: "Mantengan las manos en alto y el corazón despierto, y naveguen con toda la Iglesia por el mar tempestuoso de la historia, hacia el reino de amor y paz que el Padre prepara para todos".+