Martes 8 de octubre de 2024

Mons. Moon: 'El impedimento más grande para el amor de Dios es nuestra indiferencia'

  • 6 de julio, 2023
  • Venado Tuerto (Santa Fe) (AICA)
El obispo de Venado Tuerto dijo que eso sucede porque "somos autosuficientes, nos conformamos con nuestra vida", pero si lo dejamos entrar, Éll nos salva y nos hace experimentar su amor".
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El obispo de Venado Tuerto, Mons. Han Lim Moon, compartió su reflexión a la luz de las lecturas compartidas en la misa del domingo 2 de julio, 13° del tiempo ordinario.

El prelado manifestó: “Este domingo, el Señor nos tira tres bombas. Primero nos dice: ‘El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí’. Segundo: ‘El que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí’. Tercero, nos dice: ‘El que pierda su vida por mí, la encontrará’. Jesús nos está diciendo, que la prioridad absoluta es él”.

Ante estas afirmaciones, el Señor, dijo, “nos está mostrando cuál es la jerarquía. No es de valores, de amores con los esposos, hijos, nietos, padres. Tampoco con dinero, fama o poder. Él es la prioridad”. 

“Es necesario que nos preguntemos cómo nos ama Jesús. El Señor en distintas oportunidades dijo así, ‘no hay mayor amor que dar la vida por los amigos’ y ‘si ustedes son mis amigos, yo doy mi vida por ustedes’, ‘he venido a servirlos y no a ser servido’”, recordó.

 Además, subrayó: “Sabemos que se entregó por nosotros. El gran problema y obstáculo es que uno no siente tanto el amor de Jesús y, al no experimentar su amor tan fuerte, nosotros no tenemos la necesidad de devolvérselo de la misma manera”.

“En el caso de los santos, que experimentan ese amor, tienen ganas de devolverle el amor con el que el Señor los ama; por ejemplo, San Francisco de Asís; él pedía sufrir de la misma manera, tal como el Señor lo había sentido en su Cuerpo en la cruz. Él quería estar y estaba en comunión con el Señor”, agregó. 

En tanto, recordó que en el Evangelio “aparecen en diversos lugares las curaciones de Jesús a los sordos, ciegos, leprosos. El Señor toca, cura, habla, hace muchos milagros, incluso da de comer su Cuerpo y su Sangre para que nosotros podamos percibir su amor. ¿No nos gustaría entonces que Jesús sane nuestros cinco sentidos, para experimentar su amor, que su amor nos invada y nos transforme?”.

Seguidamente, manifestó: “El peor obstáculo o impedimento para que el Señor entre en nuestro corazón es la indiferencia de nuestra parte. Somos autosuficientes, nos conformamos con nuestra vida. Este sería el impedimento más grande para el amor de Dios. En cambio, si lo dejamos entrar, nos llamaría con todo su cuerpo, su ser entraría en nosotros con el Espíritu Santo y nosotros a su vez también amaríamos a los demás como Él nos ama”.

Finalmente, recomendó “leer y escuchar el Evangelio, la palabra de Dios, saber y conocer todos sus milagros de sanación. Él nos salva y nos hace experimentar su amor”.+