Mons. Nannini: 'Creo y espero la vida eterna'
- 16 de abril, 2025
- San Miguel (Buenos Aires) (AICA)
"La esperanza como virtud teologal es una fuerza que viene de Dios, no brota de nosotros sino que es fruto de la acción del Espíritu Santo en nosotros", recordó el obispo de San Miguel.

El obispo de San Miguel, monseñor Damián Nannini recordó que "desde su origen, la Iglesia expresó lo esencial de su fe en resúmenes orgánicos y articulados destinados sobre todo a los candidatos al bautismo".
"Estas síntesis de la fe las llamamos 'profesiones de fe' porque resumen la fe que profesamos los cristianos; o también con la palabra latina 'Credo', 'Creo', que es la primera palabra de los mismos", puntualizó.
"Uno de los más antiguos de estos 'credos' es el Símbolo de los Apóstoles, llamado así porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. A nivel popular se lo conoce como el 'credo corto'; y es el que habitualmente rezamos en las misas dominicales y solemnidades. Tiene doce artículos y el último de todos reza así: 'creo en la vida eterna'".
Monseñor Nannini sostuvo que "la fe en la vida eterna, en el cielo, forma parte esencial de nuestra fe. Y esta fe se fundamenta en una promesa de Dios que Jesús nos transmite y que es el objeto de nuestra esperanza".
"Es importante que, desde el inicio, dejemos en claro que 'la esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo'", explicó.
"La palabra virtud viene del latín virtus que significa 'fuerza'. Por tanto, la esperanza como virtud teologal es una fuerza que viene de Dios, no brota de nosotros sino que es fruto de la acción del Espíritu Santo en nosotros", profundizó.
El obispo consideró que "es una fuerza que nos hace mirar a Dios y esperar con confianza la vida eterna; porque esto es lo que esperamos los cristianos: la vida eterna. ¿Y por qué podemos esperar la vida eterna, la felicidad plena después de la muerte? Porque Jesús, con su muerte y resurrección ha vencido a la muerte y nos abrió las puertas del cielo. La muerte y resurrección de Cristo es el centro de nuestra fe y el núcleo de nuestra esperanza".+