Lunes 14 de octubre de 2024

Mons. Ojea: 'Pidámosle al Señor seguirlo, conocerlo y configurarnos con Él'

  • 15 de septiembre, 2024
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
"Jesús nos pide más un seguimiento que un conocimiento", puntualizó el obispo de San Isidro, y subrayó: "Para conocer a Jesús hay que seguirlo hasta la cruz".
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El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, señaló que, "claramente, el Evangelio se divide en dos" después de la confesión de Pedro, y puntualizó: "Hasta la confesión de Pedro, Jesús tenía algunos seguidores; luego, va teniendo cada vez menos; entonces, se recuesta sobre sus apóstoles y les pregunta: '¿Para ustedes quién soy yo'".

"Primero, les pregunta qué dice la gente, después '¿Para ustedes quién soy yo?'. Y Pedro, que lleva la voz cantante, proclama a Jesús como el Mesías, el esperado: 'Tú eres el Mesías'. Aquel a quien realmente esperaba Israel", prosiguió.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina explicó que, "probablemente, Pedro se queda muy satisfecho con esa confesión, pero inmediatamente el Señor comienza a enseñarles que Él tiene que sufrir mucho, que va a ser reprobado por los dirigentes del pueblo, los ancianos, los fariseos, los escribas; que va ser condenado a muerte y que, tres días después, va a resucitar". 

"Eso lo deja atónito a Pedro, entonces lo lleva aparte, lo arrincona a Jesús y, por única vez en el Evangelio, lo reprende. Pedro reprende a Jesús. Estaba realmente agrandado por haber hecho la confesión y se cree que tiene la libertad para reprender a Jesús", describió.

El obispo sanisidrense consideró que "Pedro creía que, siendo Jesús el Mesías, era imposible que le fuera a pasar eso; él imagina un mesías triunfante, un mesías dominador, un mesías político, un mesías según las categorías de este mundo ,y Jesús le va a decir algo muy duro: 'Ve detrás de mí, Satanás, porque vos pensás las cosas de los hombres y no las cosas de Dios'. 'Ve detrás de mí Satanás'".

"Esta tentación del poder, que es lo que ve Pedro, es lo que realmente lo hace trastabillar, y Jesús le ordena que vaya detrás de Él", subrayó.

"Jesús nos pide más un seguimiento que un conocimiento", diferenció, y profundizó: "Es verdad que Pedro da con la fórmula de decir quién es, pero no lo conoce todavía. Como él va a decir cerca del Calvario: 'Yo no conozco a ese hombre'. En realidad, tenía otra imagen de Jesús. Para conocer a Jesús, hay que seguirlo hasta la cruz".

Monseñor Ojea recordó también que "Jesús pide su seguimiento; Él pone el pecho primero y nosotros podemos ir después; este es el único modo de conocer a Jesús. Jesús, llevando la cruz delante nuestro va hacia una plenitud de humanidad, esa humanidad para la cual Él extiende sus brazos en señal de amor al prójimo, mientras que el otro palo de la cruz, el palo vertical, indica la profunda unión con Dios".

"Esas dos partes de la cruz -la parte que se extiende a los hermanos y hermanas y la parte vertical que mira hacia el cielo-  son las que van a resumir el amor a Dios y el amor al prójimo, y van a resumir el verdadero seguimiento de Jesús", precisó.

"Pedro, finalmente, va a conocer al verdadero Jesús cuando Él lo perdone, lo perdone de verdad, y cuando le confiese, en esa triple confesión de amor, su amor verdadero. Pidámosle al Señor seguirlo, no conocerlo solo de palabra sino, al seguirlo, poder conocerlo de verdad y configurarnos con Él", concluyó.