Mons. Olivera llamó a rezar por las causas de canonización ligadas a su diócesis

En una carta pastoral, el obispo informó que en los próximos días se reunirá en Roma la Comisión que analiza el proceso del Siervo de Dios Enrique Shaw.

El obispo castrense y de las fuerzas Federales de Seguridad, monseñor Santiago Olivera, dirigió una carta pastoral a los miembros de su diócesis en la que los instó a "unirse en profunda oración" por las causas de canonización en curso que lleva adelante el obispado castrense.

Monseñor Olivera recordó en su misiva que "la santidad es una vocación universal a la que todos estamos llamados" y recordó que la vida de todos aquellos que se encuentran en camino hacia la beatificación y la canonización "nos inspiran y nos muestran el camino de la plenitud en Cristo".

El obispo castrense informó que, "en los próximos días, la Comisión Teológica del Dicasterio para la Causa de los Santos, se reunirá en Roma continuando las etapas del proceso de la Causa del Venerable Siervo de Dios Enrique Shaw" y aseguró que "su camino hacia los altares nos llena de particular gozo y es un testimonio de santidad surgida de nuestras diócesis".

Asimismo, escribió el prelado en su carta, "continuamos impulsando y trabajando con fervor la causa del Siervo de Dios coronel Argentino del Valle Larrabure, testigo con su vida de la fe y el deber".

Monseñor Olivera recordó además, las otras causas de canonización vinculadas de alguna manera con la Iglesia Castrense por las que invitó a rezar: el Siervo de Dios Pascual Manuel Perrín, de la familia naval y su hija Sierva de Dios María Cecilia Perrín de Buide; el beato Carlos de Dios Murias; el Siervo de Dios monseñor José Orzali, obispo y capellán de la Fragata Sarmiento y la Sierva de Dios Cecilia María de la Santa Faz OCD (en el mundo Cecilia María Sánchez Sorondo), hija de un militar del Ejército.

"Sus vidas son un faro de santidad en diversos estados de vida", subrayó el obispo castrense. 

Por último, el prelado recuerda a los miembros de su diócesis que "la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino una vocación universal a la que todos estamos llamados, cada uno en su propio estado de vida y servicio". 

"Para nuestro obispado castrense, añadió el obispo, esto significa vivir con integridad, fe y caridad en el exigente servicio a la Patria, en nuestras familias y en cada rincón donde el Señor nos llamó a estar presentes".

"Que el testimonio de vida de estos siervos y siervas de Dios anime en nosotros el deseo de ser santos y de entregar nuestra vida con generosidad, como ellos lo hicieron", concluyó.+