Viernes 19 de abril de 2024

Papa: Cómo San José, hombre manso y sabio, confiemos plenamente en Dios

  • 22 de diciembre, 2019
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Palabras del Santo Padre previas al rezo del Ángelus
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“Que la Virgen María y su casto esposo José nos ayuden a escuchar a Jesús que viene y que piden ser bienvenidos en nuestros proyectos y decisiones”, deseó el papa Francisco en su reflexión antes del rezo del Ángelus, meditando este domingo, cercanos a la Navidad, en la figura de san José, el más “modesto, pobre y sabio”.



El Evangelio de este domingo -explicó el Papa a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro- nos guía hacia la Navidad a través de la experiencia de San José, una figura aparentemente secundaria, pero en cuya actitud se encierra toda la sabiduría cristiana”. .



Él, junto con Juan el Bautista y María, es uno de los personajes que la liturgia nos ofrece para el tiempo de Adviento; y de los tres es el más modesto. Quien no predica, no habla, sino que trata de hacer la voluntad de Dios; y lo hace al estilo del Evangelio y las Bienaventuranzas:"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos". Y José “es pobre porque vive de lo esencial, trabaja, vive del trabajo; Es la pobreza típica de aquellos que son conscientes de que dependen completamente de Dios y confían en él”, dijo el Papa.



El pontífice explicó que el texto sagrado presenta una situación humanamente vergonzosa y conflictiva. José y María están comprometidos; aún no viven juntos, pero ella está esperando un hijo por la obra de Dios. José, ante esta sorpresa, naturalmente sigue preocupado pero, en lugar de reaccionar de manera impulsiva y punitiva, como era costumbre, la ley lo protegía, busque una solución que respete la dignidad e integridad de su amada María. De hecho, sabía bien que si denunciaba a su prometida, la habría expuesto a graves consecuencias, incluso a la muerte. Tiene plena confianza en María, a quien ha elegido como su novia. Él no entiende pero busca otra solución”.



Pero después de la intervención del ángel, "José confía totalmente en Dios, obedece las palabras del Ángel y lleva a María con él". Precisamente esta confianza inquebrantable en Dios le permitió aceptar una situación humanamente difícil y, en cierto sentido, incomprensible. José entiende, en fe, que el niño nacido en el vientre de María no es su hijo, sino el Hijo de Dios y él, José, será su custodio, asumiendo plenamente su paternidad terrenal.



“El ejemplo de este hombre manso y sabio nos insta a mirar hacia horizontes más altos. Se trata de recuperar la sorprendente lógica de Dios que, lejos de pequeños o grandes cálculos, está abierto a nuevos horizontes, hacia Cristo y su Palabra”. +