'Que el beato Floribert inspire la paz en África', anheló León XIV
- 16 de junio, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Un día después de la beatificación del joven mártir africano, Floribert Bwana Chui, el Papa recordó su ejemplo de fe en Dios y de construcción de la paz.

"Fue un hombre de paz. En una región tan sufriente como Kivu, desgarrada por la violencia, luchó por la paz con mansedumbre, sirviendo a los pobres, practicando la amistad y el encuentro en una sociedad desgarrada", así definió el papa León XIV al joven mártir africano Floribert Bwana Chui, beatificado en Roma el domingo 15 de junio.
La beatificación de Floribert -asesinado con tan solo 26 años por no aceptar la corrupción en la frontera con Ruanda, donde trabajaba como aduanero- se celebró en Roma, en la basílica de San Pablo Extramuros, "porque en Goma no se daban las condiciones de seguridad", fue presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, junto al obispo de Goma, Willy Ngumbi, y otros representantes de la iglesia congoleña.
Al recibir este lunes, a los peregrinos congoleños, llegados a la capital italiana para participar de la beatificación, el pontífice definió al nuevo beato como quien, en un continente rico en jóvenes, demuestra cómo pueden ser fermento de paz desarmada y desarmante. Este laico congoleño destaca el invaluable valor del testimonio de los laicos y los jóvenes", subrayó León XIV.
"¿De dónde saca un joven la fuerza para resistir a la corrupción, tan arraigada en la mentalidad dominante y capaz de cualquier violencia?", se preguntó el Santo Padre.
"La decisión de mantener las manos limpias -como agente de aduanas- fue fruto de una conciencia forjada a través de la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la comunión con sus hermanos", afirmó.
Espiritualidad de San Egidio
El Papa León XIV recordó que el beato Floribert vivió la espiritualidad de la Comunidad de San Egidio, que, recordó, el difunto Papa Francisco solía resumir con tres "P": oración, pobres, paz.
Recordando que los pobres estaban en el centro de la vida del nuevo beato, el papa León dijo que Floribert había ofrecido un compromiso y una cercanía a los niños de la calle que fueron empujados a Goma por la guerra, muchos de los cuales eran despreciados y huérfanos.
"Los amó con la caridad de Cristo", dijo el Papa. "Se preocupó por ellos y se preocupó por su formación humana y cristiana".
El Santo Padre se maravilló de que la fuerza de Floribert creciera en la fidelidad a la oración y a los pobres, y de que fuera un hombre de paz.
Escuché a Jesús
"En una región tan afligida como Kivu, desgarrada por la violencia -subrayó el Papa-, llevó adelante su lucha por la paz con mansedumbre, sirviendo a los pobres, practicando la amistad y el encuentro en una sociedad dividida".
Este joven, para nada resignado al mal, insistió el Santo Padre, "tuvo un sueño alimentado por las palabras del Evangelio y la cercanía al Señor. Muchos jóvenes se sentían abandonados y sin esperanza, pero Floribert escuchó las palabras de Jesús: 'No los dejaré solos; vendré a ustedes'".
'La tan esperada paz para Kivu, el Congo y toda África'
Con esto en mente, el Obispo de Roma subrayó: "¡Ninguna tierra está abandonada por Dios!", recordando la gran fe del Beato y su confianza en el Señor para el futuro.
León XIV concluyó pidiendo que por intercesión de la Virgen María y del beato Floribert, "la paz tan esperada llegue pronto al Kivu, al Congo y a toda África".+