Domingo 1 de diciembre de 2024

Mons. Shevchuk: 'La primera víctima del odio es el que odia'

  • 16 de abril, 2023
  • Kiev (Ucrania) (AICA)
En vísperas de la Pascua, según el calendario juliano, el arzobispo mayor de los greco-católicos ucranianos habló sobre el poder de la fe y de lo que la guerra en Ucrania le está haciendo a la gente.
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“Ser verdaderamente resucitado significa profesar la fe cristiana, pero también expresar que esta verdad corresponde a la experiencia vivida. Ahora creo que en Ucrania estamos experimentando realmente la presencia del Señor resucitado entre nosotros”, manifestó a los medios vaticanos el arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Schevchuk.

Entrevistado por VaticanNews en vísperas de la celebración de la Pascua -que la Iglesia Oriental celebra este domingo siguiendo el calendario juliano- el arzobispo respondió a la pregunta de si “en medio de medio de tanto dolor, muerte y destrucción, hay personas que han perdido la fe”.

“Al contrario, afirmó el líder de los católicos ucranianos, diría que la experiencia inmediata de la muerte para muchas personas, el enfrentamiento con esta catástrofe, lleva a la conversión. Realmente, en Ucrania estamos viviendo un gran tiempo de búsqueda de Dios. Se dice que en el frente hasta los ateos rezan y, cuando regresan de los combates, buscan un director espiritual con quien compartir sus experiencias".

Y añadió: "Este dolor, este sufrimiento, desencadena interrogantes existenciales, no sólo sobre el sentido del sufrimiento, sino también sobre la muerte. Y el mensaje cristiano es realmente fuente de esperanza, porque tenemos perspectiva para la vida después de la muerte. Una perspectiva de vida más grande, más amplia, que nos da la fuerza interior para seguir construyendo mientras alguien destruye todos los días; seguir sanando y sanando heridas, mientras alguien nos las inflige todos los días. Se sigue esperando también, mientras otros dicen que estamos sin esperanza”.

“Yo creo -añadió el arzobispo mayor- que en Ucrania realmente estamos experimentando la presencia de Cristo resucitado entre nosotros, porque ya hace un año que no deberíamos existir... Pero seguimos vivos y podemos afirmar al mundo entero, desde Kiev, que Cristo ha resucitado, ha resucitado de verdad". Está lista “nuestra segunda Pascua, que resistamos esta agresión. Tenemos esperanza. Una esperanza que trasciende los horizontes humanos”, insistió.

Su Beatitud resaltó también la “comunión en la Iglesia” que se da en medio del conflicto armado, “entre los sacerdotes y los fieles, entre los sacerdotes y el presbiterio, entre el obispo y sus sacerdotes: es el secreto de la resistencia, de la fortaleza de nuestra Iglesia en estas condiciones”, afirmó.

La fortaleza de la mujer ucraniana
Sobre el lugar que las mujeres ucranianas están ocupando en medio de tanto dolor, el arzobispo respondió: “Actualmente, las mujeres son mayoría en nuestras comunidades, porque hay pueblos donde ya no hay hombres. Están todos en primera línea, luchando. Entonces las mujeres son las que llevan el peso de esta guerra sobre sus hombros. Con trabajo voluntario, con ayuda humanitaria”. 

“En nuestra iglesia, las mujeres siempre han sido las primeras heraldas de la fe cristiana en las familias y comunidades. Casi el 99 por ciento de nuestros catequistas son mujeres, y el 90 por ciento de nuestros ministros están casados y el papel de la esposa del ministro en la comunidad también es muy importante. Tenemos mujeres realmente muy cultas, educadas e inteligentes, que trabajan en las diferentes áreas de la vida de la iglesia, y que hacen aportes importantes en los mecanismos de toma de decisiones”.

Y subrayó el arzobispo Schevchuk: “Las mujeres son la imagen de Ucrania: la imagen de una madre que llora la pérdida de su hijo, o una novia que espera el regreso de su esposo. Son el ícono de Ucrania”.

“La primera víctima del odio es el que odia”
¿Cómo se enfrentan a este horror que incluso parece normalizar los crímenes de guerra?, preguntó el entrevistador de VaticanNews al líder de la Iglesia Greco-Católica de Ucrania, a lo que respondió el arzobispo: “Veo que los que no tienen la fe cristiana buscan a alguien que legitime la violencia o el odio. Es muy peligroso justificar la violencia desde un punto de vista religioso o cristiano, porque entonces la avalancha de venganza se vuelve verdaderamente imparable. Y el odio realmente quema el alma".

El arzobispo Schevchuk concluyó: "La primera víctima del odio es el que odia. Tratamos de no dirigir el odio hacia el enemigo. No somos los líderes que bendicen la violencia, al contrario de lo que escuchamos del lado ruso. No todos nos entienden... Vemos que la fe cristiana no sólo es una fuerza, sino que es algo que abre horizontes, que nos da vida para sobrevivir en estas condiciones. El odio y la violencia, por el contrario, destruyen”.+