Martes 23 de abril de 2024

Universidades católicas: contribuyan a la salud integral del hombre, pidió el Papa

  • 4 de noviembre, 2019
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Audiencia con los participantes en la Convención de la Federación Internacional de Universidades Cat
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El papa recibió esta mañana a los participantes en la Convención de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC), del 4 al 5 de noviembre, en Roma, sobre el tema: "Nuevas fronteras para los líderes universitarios". El futuro de la salud y el ecosistema universitario".



Después de agradecer las palabras de la presidenta de FIUC, profesora Isabel Capeloa, y felicitar a los presentes por su “compromiso de estudiar e investigar”, el pontífice señaló, que “hoy el sistema universitario se enfrenta a desafíos sin precedentes que surgen del desarrollo de la ciencia, de la evolución de las nuevas tecnologías y de las necesidades de la sociedad que instan a las instituciones académicas a proporcionar respuestas adecuadas y actualizadas”.



Entre esos desafíos el Santo Padre subrayó “la tarea de los maestros de enseñar e investigar y preparar a las generaciones jóvenes para que no solo se califiquen profesionales en diversas disciplinas, sino también protagonistas del bien común, líderes creativos y líderes de la vida social y civil con una visión correcta del hombre y el mundo”.



“En este sentido, las universidades de hoy deben cuestionarse sobre la contribución que pueden y deben hacer a la salud integral del hombre y a una ecología de solidaridad”.



Ante estos desafíos y considerando “la apertura universal”, que poseen las universidades católicas, el Papa señaló “los viejos y nuevos problemas deben estudiarse en su especificidad e inmediatez, pero siempre desde una perspectiva personal y global”.



“La interdisciplinariedad, la cooperación internacional y el intercambio de recursos son elementos importantes para que la universalidad se traduzca en proyectos solidarios y fructíferos a favor del hombre, todos los hombres y también el contexto en el que crecen y viven”, explicó.



A continuación Francisco indicó: “Es necesario superar el legado de la Ilustración. Educar, en general, pero particularmente en las universidades, no es solo llenar la cabeza de conceptos” y para este fin aconsejó tomar “los tres idiomas”: el de la mente, el del corazón, y el de las manos.



“Para que uno piense en armonía con lo que siente y hace. Una armonía general, no separada de la totalidad. Por lo tanto, es necesario actuar ante todo a partir de una idea de educación concebida como un proceso teleológico, es decir, que mira hacia el final, necesariamente orientado hacia un fin y, por lo tanto, hacia una visión precisa del hombre”, aseveró el Papa.



El Santo Padre advirtió seguidamente que “es necesario también tener una perspectiva más amplia para enfrentar el tema de los porqués, es decir, de la esfera ética, en el campo educativo”, pero “una nueva ‘episteme’ no de laboratorio, porque no funciona, sino en la vida”, explicó.



“La FIUC, dijo Francisco a los asistentes, está llamada a asumir el imperativo moral de trabajar hacia una comunidad académica internacional más unida, por un lado, arraigando sus raíces más fielmente en el contexto cristiano del que se originaron las universidades y, por otro, consolidando lA red entre las universidades de nacimiento antiguo y las más jóvenes, para desarrollar un espíritu universal destinado a aumentar la calidad de la vida cultural de las personas y los pueblos”.



“El ecosistema de las universidades se construye si cada universidad cultiva una sensibilidad particular, la que le brinda su atención por el hombre, por toda la humanidad, por el contexto en el que vive y crece y por todo lo que contribuye a su promoción”, señaló.



La capacitación en liderazgo logra sus objetivos cuando logra invertir tiempo académico con el objetivo de desarrollar no solo la mente, sino también el "corazón", la conciencia y las habilidades prácticas del estudiante.



“El conocimiento científico y teórico debe mezclarse con la sensibilidad del académico e investigador para que los frutos del estudio no se adquieran en un sentido autorreferencial, solo para afirmar la posición profesional, sino que se proyecten en un sentido relacional y social”. +