Viernes 3 de octubre de 2025

Vaticano: II Congreso Internacional de Pastoral de las Personas Mayores

  • 3 de octubre, 2025
  • Roma (Italia) (AICA)
Organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, reúne a más de 150 delegados de 65 países, en representación de 55 conferencias episcopales.
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Del 2 al 4 de octubre, se está llevando a cabo, en la Curia General de la Compañía de Jesús en Roma, el II Congreso Internacional de Pastoral de las Personas Mayores, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Participan del Congreso unos 150 delegados de 65 países, en representación de 55 conferencias episcopales, así como miembros de asociaciones y congregaciones religiosas involucradas en la pastoral de las personas mayores, precisaron los organizadores.

"Los sueños de los mayores: una visión de futuro" es el tema del congreso.

En un mundo en "constante cambio, y donde incluso el modo de envejecer ha sufrido una profunda transformación", el congreso pretende responder a una necesidad cada vez más urgente: "desarrollar una pastoral de las personas mayores adecuada a los desafíos de nuestro tiempo".

"No sólo son el pasado de la Iglesia, sino su presente y su futuro"
En sus palabras de apertura, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, reafirmó que las personas mayores son "un tesoro inestimable para el Pueblo de Dios"

"Los ancianos -dijo- son el futuro de la Iglesia, no sólo su pasado: su experiencia, su fe arraigada y su sabiduría son un tesoro inestimable para todo el Pueblo de Dios en su camino".

Dirigiéndose a obispos, agentes pastorales y delegados de todo el mundo, el prefecto pidió un renovado compromiso para honrar y apoyar a los ancianos tanto en la Iglesia como en la sociedad.

"A ustedes, que están al frente de este servicio, les expreso mi sincero agradecimiento: su labor es esencial", dijo Farrell. "De hecho, son ustedes quienes viven de primera mano la vida cotidiana de las personas mayores, con sus alegrías, esperanzas y dificultades".

Nunca una carga, siempre una oportunidad
El cardenal Farrell vinculó esta creciente conciencia en el acompañamiento de las personas mayores, con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, particularmente su énfasis en la dignidad bautismal y la corresponsabilidad de todos los fieles.

"Es precisamente el redescubrimiento conciliar de la dignidad bautismal, en cualquier edad y en cualquier condición de vida", dijo, "lo que conduce naturalmente al reconocimiento del papel protagónico que los ancianos pueden y deben desempeñar en la Iglesia". Este reconocimiento, señaló, es cada vez más urgente debido a los cambios demográficos.

"Por primera vez en la historia", enfatizó, "estamos presenciando una longevidad generalizada. Una verdadera transición demográfica está en marcha: las personas mayores ya no son una minoría, sino un segmento amplio y creciente de la sociedad". En Europa, añadió, más de una quinta parte de la población tiene más de 65 años, y en países como Japón, Italia y Alemania, también señaló, las personas mayores ya representan una cuarta parte de la población.

El cardenal Farrell cuestionó la idea de que este es un problema que necesita solución. "Si bien muchos ven con preocupación el fenómeno del aumento de la tercera edad, como si fuera una carga para la sociedad", reconoció, "nosotros, como Iglesia, reconocemos la longevidad como un don de Dios", "no una emergencia que deba gestionarse, sino una nueva oportunidad".

"A la luz de la fe", dijo, "un mayor número de años de vida debe considerarse un tiempo de gracia para abrirse con entusiasmo al anuncio del Evangelio y un enriquecimiento para toda la comunidad".

El Congreso, dijo, busca identificar respuestas pastorales a esta nueva realidad, no ofreciendo soluciones desde arriba, sino mediante un discernimiento compartido. "No pretendemos proponer recetas prefabricadas -cada comunidad tiene su propia historia y especificidades-, sino que deseamos reflexionar y caminar junto con ustedes, con un espíritu verdaderamente sinodal, para impulsar una pastoral tan esencial".

Finalmente, el cardenal Farrell afirmó: "Que el Señor guíe nuestro servicio a los ancianos, que son una bendición para la Iglesia y para el mundo entero".+