El obispo de Concepción destacó la importancia de la espiritualidad y de la interioridad, frutos de la acción del Espíritu Santo, como respuesta a un mundo que está sediento de Dios.
El arzobispo de San Juan de Cuyó reflexionó sobre la idea de los desiertos interiores y recordó: "Una de las mayores angustias que padece la humanidad es la soledad".
"Que el Señor nos conceda recibir el Espíritu Santo como pueblo, trabajando por la unidad en medio de la diversidad", pidió el obispo de San Isidro.
"El Espíritu Santo hace su obra 'artesanal', preparándonos para estar con Jesús, a la derecha del Padre", recordó el arzobispo emérito de Corrientes en sus sugerencias para la homilía de Pentecostés.