El arzobispo de Mendoza presidió la misa de la solemnidad de los Fieles Difuntos en la parroquia San Antonio de Padua, y alentó a vivir la memoria de los seres queridos desde una fe pascual.
El arzobispo de San Juan de Cuyo reflexionó sobre el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, y recordó que todos los cristianos están llamados a la santidad en la vida cotidiana.
"La práctica piadosa de la oración y, especialmente la Eucaristía nos convierten en beneficiarios más que en benefactores. Oremos generosamente por nuestros hermanos difuntos", pidió el arzobispo.
El obispo recordó que la oración debe ser constante, pero siempre desde una actitud humilde. "Debemos orar siempre, sin desanimarnos; pero orar sin arrogancia, abiertos a Dios y a los demás".