Fue en una actividad con mirada interreligiosa en la Universidad Nacional de Avellaneda, donde se coincidió en respetar y cuidar las vidas vulnerables y vulneradas de las infancias y adolescencias.
"Jesús quiere ser nuestro alimento para que podamos caminar, y todavía nos queda mucho por andar", recordó el obispo de San Isidro.
El obispo de San Isidro animó a pedirle a Dios el don de la fe e invitó a hacerlo con humildad. "Nuestra fe siempre es imperfecta, pero el Señor es capaz de hacerla más honda cada día", sostuvo.
"Si todos pudiéramos aportar lo poquito que traemos, lo que somos, qué distinto sería nuestro mundo", expresó el obispo de San Isidro, y animó a acoger, contener y bendecir.