Los religiosos encarcelados por el régimen de Daniel Ortega, además de privados de la libertad, estaban sin acceso a la Biblia y sometidos a "torturas y tratos degradantes".
En una reunión en la sede de la ONU en Ginebra, el arzobispo Ettore Balestrero advirtió nuevamente sobre la "amenaza existencial" que plantean las armas nucleares.
Se llamó de nuevo a mantener diálogos de paz, al alto al fuego en todos los frentes, la liberación inmediata de los rehenes israelíes y la entrega sin obstáculos de ayuda humanitaria a los palestinos.
El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra afirmó que el nuevo tratado internacional representa un paso importante hacia un sistema "dinámico y con visión de futuro".