"Los niños mueren de desnutrición", lamentó Anton Asfar, presidente de Cáritas Jerusalén, en medio del polémico reparto de ayuda humanitaria que provocó la muerte de decenas de personas.
El sacerdote argentino Gabriel Romanelli IVE, describe la situación como "muy grave". Faltan alimentos, agua y medicinas, lamentó. Israel planea ocupar toda la Franja.
Un llamado "breve pero muy sincero y apreciado", expresó el padre Gabriel Romanelli, quien aseguró que "la verdadera paz debe construirse sobre la justicia".
"El bombardeo -que dejó un saldo de 400 muertos- constituye una grave violación del Derecho Internacional Humanitario", denunció la organización.