Domingo 28 de abril de 2024

Francisco asegura que 'la paz no se consigue de la noche a la mañana'

  • 10 de febrero, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Al recibir a los policías que trabajan en San Pedro, el Papa destaca que "el lado oscuro de nuestra naturaleza humana" requiere una respuesta de personas que ante el mal "no se quedan quietas mirando"
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El Papa Francisco recibió este sábado a miembros de la Inspección de Seguridad Pública, el grupo de policías encargado de mantener el orden en la Plaza de San Pedro.

Estos agentes, empleados por el Estado italiano, son distintos de la Gendarmería Vaticana y de la Guardia Suiza Pontificia, que normalmente operan dentro de los muros del Vaticano pero no en la propia Plaza de San Pedro.

El sucesor de Pedro agradeció a los oficiales por su “trabajo fiel y paciente”, que, dijo, garantiza a los visitantes “la oportunidad de vivir momentos de fe y oración... en una atmósfera serena de orden y seguridad”.

"El suyo", dijo el Papa, es un trabajo que requiere "coraje, tacto, nervios, atención y comprensión".

También agradeció a quienes ayudan a los visitantes del Vaticano con "solicitudes de información" y a la resolución de  "pequeños incidentes imprevistos", así como "aquellos que acuden a vosotros para expresar un malestar, o porque se sienten marginados y buscan un poco de comprensión y empatía”.

Vigilando el lado oscuro de la naturaleza humana
En su discurso, Francisco también ofreció una serie de reflexiones sobre el propósito más profundo de la actuación policial.

"San Juan XXIII -observó- dijo en una ocasión que ‘la tarea confiada a los agentes del orden es onerosa, que requiere grandes cualidades morales y, sobre todo, dedicación y abnegación, para la realización del bien común’. Por eso los llamó 'buenos servidores de la comunidad humana y constructores de paz en la sociedad'".

"Éstas - dijo el Papa - son palabras cargadas de significado que expresan bien tanto las expectativas que tenemos de ustedes -a veces muy exigentes- como los ideales que los inspiran".

También reflexionó sobre el bien común y la paz en la sociedad, que “no son cosas que suceden de la noche a la mañana o que florecen por sí solas de forma natural”.

“El lado oscuro de nuestra naturaleza humana, limitada y herida por el pecado, implica la necesidad de que existan personas que, frente al mal, no se queden quietas y observen, sino que asuman la responsabilidad de intervenir, para proteger a las víctimas y llevar la salvación. Transgresores vuelvan al orden", concluyó.+