Mons. García Cuerva: 'Dejemos entrar a Jesús en la vida de cada uno'
- 22 de julio, 2025
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires planteó la necesidad de escuchar su mensaje y poner en práctica "el mandamiento del amor, a partir de reconocernos hermanos y vivir la fraternidad que tanto anhelamos".
Al reflexionar sobre la lectura evangélica de la visita a la casa de Marta y María, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, destacó que más allá de las tareas y preocupaciones cotidianas, lo fundamental es "dejar entrar a Jesús en nuestras vidas, tal como están".
Durante la homilía, el prelado porteño subrayó que, al igual que Marta, muchas comunidades y personas están profundamente entregadas al servicio: "A veces tratamos de responder a todos, atendemos a los que están en la calle, en los comedores, a los enfermos. Pero también, como Marta, podemos terminar agotados, quejosos, protestones".
Y planteó una pregunta clave: "¿Cómo quedamos después de realizar nuestras tareas pastorales?"
"No está mal hacer, el problema es el modo", sostuvo y recordó que Jesús no cuestiona el trabajo de Marta, sino cómo este trabajo termina afectándola.
"Hay que preguntarnos cómo cuidar a los que cuidan, cómo cuidar a nuestras comunidades para que no se desgasten", añadió y profundizó: "Dios quiere alojarse en nuestra propia vida. No lo dejemos pasar de largo, dejémoslo entrar".
No se trata de tener todo en orden
Monseñor García Cuerva explicó que no se trata de esperar a tener todo en orden para recibirlo: "No nos obsesionemos con tener el corazón totalmente limpio para dejar entrar a Jesús".
"Dejalo entrar así como esté tu vida. A partir del encuentro con Él, se puede empezar a limpiar, a ordenar, a sanar", aseguró.
El arzobispo porteño también recordó que el Señor "es el Dios de las sorpresas", y evocó la visita a Abraham y Sara en el momento más inesperado del día: la siesta.
"Cuando creas que ya está todo terminado, quizá el Señor tenga una sorpresa. Déjalo entrar", alentó.
Finalmente, monseñor García Cuerva hizo una analogía entre el hogar personal y el hogar común de los argentinos: "Quería imaginarnos a nuestra patria como una casa. Ojalá, como familia argentina, lo dejemos entrar a Jesús. Así como está nuestro país, con las cosas que hay que ordenar, pero dejémoslo entrar. Escuchemos su mensaje y pongámoslo en práctica: el mandamiento del amor, a partir de reconocernos hermanos y vivir la fraternidad que tanto anhelamos".+