Martes 8 de octubre de 2024

Mons. Han Lim Moon: Testigos de la Ascensión, aguardando al Espíritu Santo

  • 15 de mayo, 2021
  • Venado Tuerto (Santa Fe) (AICA)
El obispo coadjutor de Venado Tuerto definió la fiesta de la Ascensión del Señor como "nuestra alegría y Buena Noticia", como en los apóstoles.
Doná a AICA.org

En su reflexión para el domingo de la Ascensión del Señor, el obispo coadjutor de Venado Tuerto, monseñor Han Lim Moon comparó esta fiesta con “las veces que nos toca despedir a un ser querido”. 

Jesús se eleva al cielo: “Con este acontecimiento finaliza su misión visible de la redención en este mundo. Y, al mismo tiempo, abre la puerta a la misión de la Iglesia para que continúe su obra hasta su retorno glorioso al fin de los tiempos”, recordó el prelado.

Para comprender este hecho, planteó dos perspectivas. “Por un lado, gráficamente: Él ascendió al cielo para sentarse a la derecha del Padre. Tomó potestad como rey del universo (cf. San Mateo 28, 18) para enviar, luego, el Espíritu Santo a todos los hombres. En Él, toda la humanidad ya participa anticipadamente de su gloria”.

Y el segundo lado es el espiritual: “La Ascensión significa la interiorización de la presencia real de Jesucristo resucitado y glorificado en nuestro corazón; San Pablo confirma esta interiorización diciéndonos que somos templo de Dios; Y así, comenzamos a participar ya realmente del cielo estando en esta tierra”.

Monseñor Moon resumió que la experiencia de la Ascensión “se transforma en nuestra alegría y Buena Noticia, como en los apóstoles”. Pero aquí comienza la misión de la Iglesia: “Proclamar a toda la creación esta Buena Noticia del Hijo de Dios encarnado, quien entregó su vida para salvarnos”.

Por eso, el prelado recomendó, primeramente, “ser testigos, es decir, tener la maravillosa experiencia de tenerlo en nuestro corazón”. Y luego, “el impulso del Espíritu Santo que es la fuerza que viene de lo alto”. 

De esta manera, “la Iglesia cumple gozosamente la misión encomendada por el Señor, preparándose para el retorno glorioso de Él al final de los tiempos”. Finalmente, el obispo llamó a la comunidad a convertir el corazón “en un pequeño pero maravilloso cielo en la tierra”.+