Viernes 29 de marzo de 2024

Mons. Mestre: "No nos dejemos robar lo bueno que Dios quiere regalarnos"

  • 6 de mayo, 2020
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo animó a la comunidad a no dejarse robar "lo bueno que Dios quiere regalarnos", a saber oír la voz del Pastor y a ser, también nosotros, pastores que predican el Reino de Dios.
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En el cuarto domingo de Pascua y jornada del Buen Pastor en oración por las vocaciones, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, reflexionó en su homilía con los habituales tres puntos que guían sus prédicas. Tres verbos, robar, escuchar y pastorear, desarrollaron tres ideas para ilustrar el Evangelio según San Juan.



¡No nos dejemos robar!

En el primer punto, detenido en el verbo robar, el obispo marplatense enumeró todas las cosas que en estos días “no debemos dejar que nos robe”, ese “ladrón asaltante” que aparece en el Evangelio, como figura opuesta a la del Buen Pastor: “No nos dejemos robar el entusiasmo misionero, la alegría evangelizadora, la esperanza, la comunidad, el Evangelio, el ideal del amor fraterno, la fuerza misionera”, enumeró. Y luego habló de otras tantas: “la fe, el optimismo, la paz, la justicia, el diálogo, la confianza, la comprensión, el perdón, la misericordia, el servicio”, es decir, “no nos dejemos robar nada de lo bueno que Dios quiere regalarnos”.



Escuchar la voz del Pastor

Monseñor Mestre se refirió a las tantas voces que escuchamos en nuestro interior que “nos hablan, nos sugieren y, en algunos casos, nos taladran y hasta se nos imponen”. En este sentido, mencionó que “en medio de este gran caos de ruido mundanal de voces hay que discernir y escuchar la voz del único Pastor”. ¿Cómo? Superando las “interferencias” para que esa voz “pueda tener primacía en nuestro corazón”. Esta aparecerá “en la oración con la Biblia, en la Liturgia de la Iglesia, en la voz del Papa, en el Catecismo de la Iglesia”, y ser “oveja obediente siguiendo al Pastor”.



Pastorear como Jesús

En el último punto, el obispo de Mar del Plata afirma que el “único Buen Pastor con mayúscula es Dios”. Y aunque “Dios elige dentro de su pueblo pastores para que sean imagen de su presencia” en el sacerdocio ministerial, también podemos descubrir que todos somos pastores: “el catequista, el animador de grupo, el servidor de Cáritas, los padres de familia, docentes, voluntarios, médicos, etc”, destacó. En definitiva, ser pastores es “llevar y transmitir la Vida en abundancia que nos trae el Señor, particularmente en este tiempo”.+