Parolin: 'La libertad religiosa, un baluarte esencial pero frágil'
- 21 de octubre, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Advirtió que casi dos tercios de la población mundial viven en países donde la libertad religiosa está gravemente restringida y recordó que este derecho es "un baluarte esencial pero frágil".

El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, subrayó que la libertad religiosa constituye un "baluarte esencial" para la búsqueda de la verdad y la construcción de sociedades justas, aunque advirtió que se trata de un derecho "frágil" que sigue siendo vulnerado en buena parte del mundo.
El purpurado intervino este martes en el Pontificio Instituto Patrístico Augustinianum, durante la presentación del Informe 2025 sobre la Libertad Religiosa en el Mundo, elaborado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Según el informe, la libertad religiosa está "gravemente restringida" en 62 de los 196 países del planeta, afectando a unos 5.400 millones de personas, es decir, casi dos tercios de la población mundial. Parolin destacó que esta edición, que coincide con el 25º aniversario del informe, es "la más completa desde su creación" y confirma un aumento sostenido de las violaciones a este derecho fundamental.
Dignitatis Humanae y el artículo 18 de la ONU
En su discurso -titulado "25 años del Informe de Libertad Religiosa de ACN: Por qué la libertad religiosa importa a nivel mundial"-, Parolin citó dos referencias fundamentales: la declaración conciliar Dignitatis Humanae (1965) y el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
El cardenal recordó que Dignitatis Humanae, que cumple 60 años en diciembre, fue "un hito significativo en la promoción de la libertad religiosa como aspecto fundamental de la existencia humana". Explicó que este documento conciliar enseña que la libertad de fe no implica relativismo, sino la posibilidad de acoger la verdad "sin coacción", como afirmó Pablo VI en 1965: "Cristo invita, pero no obliga; el cristianismo es amor".
Parolin añadió que la libertad religiosa, como cualquier otra libertad, tiene límites prácticos que deben determinarse con "prudencia política", protegiendo los derechos de los ciudadanos y evitando que el ejercicio de la fe vulnere las libertades de otros.
Un derecho amenazado
El Secretario de Estado insistió en que esta libertad "no debe verse obstaculizada por barreras personales, sociales o gubernamentales", ya que el ser humano tiene un deseo innato de buscar la trascendencia. Por ello, consideró que los gobiernos deben abstenerse de forzar a las personas a actuar contra sus convicciones religiosas o impedir la práctica auténtica de su fe.
En relación con el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Parolin lo definió como "la contraparte secular" de Dignitatis Humanae, y señaló que constituye "una piedra angular del régimen internacional de derechos humanos" surgido tras las atrocidades del siglo XX. Este artículo, dijo, "afirma que la libertad religiosa no es un privilegio contingente, sino un derecho inalienable, indispensable para la plena realización del potencial humano".
Situación en Tierra Santa y África
Al responder a preguntas de periodistas tras el acto, el cardenal Parolin expresó la preocupación de la Santa Sede por la situación en Gaza, señalando que "parece haber terminado la tregua" y deseando que el Plan de Paz pueda avanzar.
Sobre las agresiones a cristianos en la aldea palestina de Taybeh, en Cisjordania, denunció: "No entendemos por qué estos cristianos, que viven una vida normal, son objeto de tanta persecución. Hablar de persecución es problemático, pero se trata de situaciones que no podemos aceptar".
También se refirió a la violencia en Nigeria, precisando que el conflicto "no es de naturaleza religiosa", sino social, vinculado a enfrentamientos entre ganaderos y agricultores. "Existen grupos extremistas que atacan tanto a cristianos como a musulmanes", advirtió.
Defensa de la prensa libre
Finalmente, Parolin condenó el atentado con un artefacto explosivo frente a la casa del periodista italiano Sigfrido Ranucci, presentador del programa Report. El cardenal expresó su solidaridad y alertó sobre "un clima creciente de intolerancia" contra la libertad de expresión.
"Queremos que todos puedan expresar su punto de vista con respeto y objetividad, pero sin ser objeto de amenazas", afirmó.+