Jueves 15 de mayo de 2025

Tucumán celebró los 70 años de la parroquia Nuestra Señora de Fátima

  • 15 de mayo, 2025
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
Con procesiones, misas y miles de fieles, la parroquia Nuestra Señora de Fátima renovó la devoción a la Virgen en una emotiva jornada de fe y esperanza, con presencia del arzobispo y obispo auxiliar.
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La comunidad tucumana celebró, la noche del 12 de mayo, la vigilia por el día de la Virgen de Fátima y el 70° aniversario de la parroquia homónima en San Miguel de Tucumán. A las 22:30, las calles se encendieron con luces de fe: una procesión iluminada, entre velas y globos LED, recorrió las inmediaciones de la capilla ubicada en la calle Paraguay, llevando en andas la imagen de Nuestra Señora, que fue recibida por los fieles con cantos, rezos y emoción.

La noche no terminó allí. A la medianoche, como cada 13 de mayo, se celebró la primera misa en honor a Nuestra Señora de Fátima, con la presencia del presbítero Hugo Noguera, párroco anfitrión, y del arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez.

La parroquia, fundada hace siete décadas junto a una escuela de formación profesional, se consolidó como un pilar de fe, contención y servicio en el corazón de Tucumán. Hubo misas a las 7, 9 y 11 de la mañana, una procesión y misa central a las 17 presidida por monseñor Roberto Ferrari, obispo auxiliar de Tucumán, y dos celebraciones adicionales por la noche para quienes no pudieron asistir durante el día.

En su homilía, el prelado hizo memoria agradecida de quienes han dado vida a esta parroquia: sacerdotes como el presbítero Emilio Andrés Parrado, sepultado en el lugar, catequistas, agentes de pastoral y tantos otros laicos que han dejado su huella en la historia de la comunidad. "Una parroquia tiene vida por sus miembros", expresó. "Hoy es un día para llenarnos de gozo, para celebrar este cumpleaños y a nuestra madre de Fátima".

El lema de este año -"Peregrinos de la esperanza"- se hizo carne en cada uno de los rostros emocionados que, vela en mano, caminaban hacia la capilla. "Peregrinar es un acto de fe", recordó el obispo auxiliar tucumano, "porque el amor se detiene frente a la Virgen, no porque se paralice, sino para contemplar el amor inmenso de una madre".

Los testimonios recogidos tras la misa central dan cuenta del fervor que convoca cada año esta advocación mariana. "María nos reúne, cada vez somos más", dijo una feligresa que pidió salud para su hija y su familia. Otra devota, entre lágrimas, compartió su historia de sanación: "En 2010 me diagnosticaron cáncer de intestino. Ese mismo día vine acá. Hoy estoy bien. Gracias a Dios y a la Virgencita".

Otros testimonios hablaron de la emoción de participar del servicio litúrgico, de la importancia de la unidad y de la necesidad de rezar el Rosario, como pedía la Virgen en sus apariciones a los pastorcitos de Fátima en 1917. "Que el mensaje de Fátima vuelva a convocarnos a rezar para que haya paz entre nosotros", expresó otro fiel.

El padre Noguera destacó la vitalidad de los jóvenes en la parroquia, agradeciendo su servicio durante toda la jornada. "Tenemos muchísima juventud en Fátima", afirmó. "Son el alma de la celebración".

Y así lo fue: entre cantos, lágrimas, abrazos, promesas y agradecimientos, la comunidad renovó su fe y su compromiso con el mensaje de María: conversión, oración y paz.

Al cierre de la celebración, ya pasada la medianoche del 13 de mayo, la Virgen volvió a salir, esta vez no en procesión, sino para derramar su bendición sobre todos sus hijos.+