El pensamiento del pontífice, tras la oración del Regina Coeli, se dirige a las poblaciones agotadas por los conflictos, el hambre y todas las formas de opresión.
Rezó por las víctimas y los niños de Israel, Palestina y Ucrania, pidió liberar a los rehenes y el alto el fuego en la Franja. Asimismo oró por Siria, El Líbano, Haití y el pueblo rohingyá.
En las intenciones se pidió por los nuevos bautizados, el don de la paz, los cristianos perseguidos y las familias. Largo recorrido en el papamóvil para la bendición de los fieles.
En la ceremonia, el obispo de Roma bautizó a ocho personas, procedentes de Corea, Italia, Japón y Albania y también les administró el sacramento de la confirmación.