Sábado 27 de abril de 2024

Al inicio de la Cuaresma, el Papa evocó a los mártires contemporáneos

  • 14 de febrero, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Al sugerir que la Cuaresma presenta una oportunidad para "la conversión y la renovación interior", Francisco alentó a cuidar a nuestros hermanos más necesitados.
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“Hoy comienza la Cuaresma, preparémonos para caminar por este tiempo como oportunidad de conversión y renovación interior, en la escucha de la Palabra de Dios, en el cuidado de nuestros hermanos necesitados, que se encuentran en gran necesidad”. Con este pensamiento, el Papa Francisco inició su más reciente llamamiento a la cercanía con todos aquellos que sufren por las guerras y demás calamidades, al concluir su audiencia general semanal en el Vaticano, este miércoles 14 de febrero, Miércoles de Ceniza.

"Nunca olvidemos a los atormentados de Ucrania, Palestina e Israel, que sufren tanto", dijo, y agregó: "Oremos por estos hermanos y hermanas que sufren por la guerra".

El Papa invitó a todos a "continuar en este proceso de conversión", a "escuchar la Palabra de Dios" y a "cuidar a nuestros hermanos y hermanas necesitados".

"Continuemos nuestra ayuda e intensifiquemos la oración, especialmente para pedir el don de la paz en el mundo", dijo el Papa.

Además, en las palabras que les dirigió a un grupo de peregrinos polacos, el Papa Francisco les agradeció a los fieles que organizaron y participarán hoy en una recaudación de fondos en todas las iglesias de Polonia para ayudar a Ucrania.

"Ante tantas guerras, no cerremos el corazón a los necesitados", dijo, invitando a que "la oración, el ayuno y la limosna sean el camino para construir la paz".

El cardenal Simoni, “mártir viviente” que sigue trabajando por la Iglesia
El Santo Padre dedicó también un saludo y un abrazo especial al cardenal Ernesto Simoni, presente en la audiencia general, que sufrió encarcelamiento, persecución y amenazas de muerte durante 28 años, en el régimen comunista de Albania, "un mártir viviente que, a sus 95 años, sigue trabajando por la Iglesia sin desanimarse", expresó Francisco.

VaticanNews recuerda que la primera vez que el mundo vio llorar a Francisco fue el 21 de septiembre de 2014, cuando en su primer viaje internacional a Albania, durante el encuentro con el clero en Tirana, escuchó el testimonio de un sacerdote, el padre Ernesto Simoni Troshani. Aquel anciano sacerdote de voz fina, procedente de la diócesis de Shkodrë-Pult, cumpliría 88 años unos días después. Habría pasado alrededor de 28 años en prisión, torturas, amenazas de muerte y trabajos forzados durante la persecución del régimen de Enver Hoxha, que había proclamado a Albania "el primer Estado ateo del mundo". Ese día le habló al Papa de ese período cruel para su país, del que es el único sacerdote sobreviviente. Francisco, después de haber escuchado su testimonio en silencio y de haberse quitado las gafas para secarse los ojos, lo abrazó durante mucho tiempo, apoyando su frente en la del sacerdote. Dos años más tarde, en el consistorio de 2016, lo creó cardenal, en señal de agradecimiento por ese testimonio de "martirio".

Los muchos mártires de hoy
Esta mañana, 14 de febrero, el cardenal Simoni estuvo presente en la audiencia general, sentado en las sillas laterales del escenario en el Aula Pablo VI, reservadas a los obispos y cardenales. Francisco, tras la catequesis, en el momento de los saludos en varios idiomas, volvió su mirada hacia él, para saludarlo "de manera especial" y alabarlo ante los miles de fieles presentes.

“Todos nosotros -dijo Francisco, alejándose del texto escrito- hemos leído, oído, las historias de los primeros mártires de la Iglesia, de muchos de ellos. Incluso aquí, donde ahora está el Vaticano, hay un cementerio, y muchos de ellos fueron ejecutados aquí y enterrados aquí. Cuando haces excavaciones, encuentras esas tumbas. Pero aún hoy hay muchos mártires en todo el mundo, muchos, quizás más que al principio. Hay muchos perseguidos por su fe".

Hoy, continuó el pontífice, "me tomo la libertad de saludar de manera especial a un mártir vivo, el cardenal Simoni. Él, como sacerdote, vivió 28 años en prisión, en la prisión comunista de Albania, quizás la persecución más cruel, la más cruel", afirmó el Papa. Hoy, el cardenal albanés "sigue dando testimonio. Y, como él, muchos, muchos, muchos."

“Tiene ahora 95 años y continúa trabajando por la Iglesia sin desanimarse. Querido hermano, te agradezco tu testimonio. Gracias”, expresó el Papa.+