Viernes 26 de abril de 2024

La Academia del Plata incorporó al ingeniero Juan Carlos Villa Larroudet

  • 10 de noviembre, 2015
  • Buenos Aires (AICA)
La Academia del Plata incorporó como miembro de número al ingeniero Juan Carlos Villa Larroudet. El nuevo académico disertó sobre el tema "El movimiento ecuménico contemporáneo". Fundada en 1879 por ex alumnos del Colegio del Salvador, de la Compañía de Jesús, la Academia del Plata reúne a intelectuales que han contribuido a la defensa y difusión del pensamiento católico. Ingeniero industrial por la UBA y master en business administration por la Universidad de Cornell, Estados Unidos, con larga trayectoria empresaria, Villa Larroudet es autor del libro "El Rosario - Historia, redescubrimiento y propuestas" (editorial Ágape, Buenos Aires, 2013)
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La Academia del Plata incorporó como miembro de número al ingeniero Juan Carlos Villa Larroudet, en una sesión extraordinaria realizada el jueves 29 de octubre en la casa "Lo de Aberg Cobo ", avenida Las Heras 1722 de la ciudad de Buenos Aires.

Ante una nutrida concurrencia, el nuevo académico disertó sobre el tema "El movimiento ecuménico contemporáneo".

Fundada en 1879 por exalumnos del Colegio del Salvador, de la Compañía de Jesús, la Academia del Plata reúne a intelectuales que han contribuido a la defensa y difusión del pensamiento católico. Entre sus miembros se han destacado figuras de la talla de José Manuel Estrada, Félix Frías, Pedro Goyena, Carlos Guido Spano, Emilio Lamarca, Juan Zorrilla de San Martín, Tristán Achával Rodríguez, Alejandro Bunge y monseñor Gustavo Franceschi.

El ingeniero Villa Larroudet es autor del libro «El Rosario " Historia, redescubrimiento y propuestas» (editorial Ágape, Buenos Aires, 2013), distinguido en 2014 por la Exposición del Libro Católico. Ha buceado en los orígenes de esa oración, y transmitió sus estudios en el artículo "Prehistoria del Rosario". Se graduó como ingeniero industrial en la Universidad de Buenos Aires (1957) y como master of business administration, con mención distinguida, en Cornell University, Ithaca, en el estado de Nueva York, Estados Unidos (1961). Se ha desempeñado al frente de empresas familiares, como Omint, en el área de salud, seguros y otros rubros, en la Argentina y en Brasil. Es miembro de la Orden de Malta y de distintas instituciones católicas.

Academias: laboratorios de ideas
Al abrir el acto, la secretaria de la Academia del Plata, académica profesora Alicia Errázquin, le entregó el diploma que lo acredita como miembro de la entidad. Citó palabras del fallecido académico Carlos María Gelly y Obes en el centenario de la Academia del Plata: "No son naturalmente las academias organizaciones de lucha en el campo político y social, pero son laboratorios fecundos que, en el plano de las ideas, dan orientación y apoyo a la acción de los que actúan en la línea de combate". Entre los asistentes, se hallaba la esposa de Gelly y Obes, señora Estela Cichero.

Luego el académico doctor Juan Manuel Medrano, catedrático de Derecho Político en la Universidad Católica Argentina (UCA), presentó al ingeniero Villa Larroudet, a quien lo une una amistad desde la juventud y de quien destacó sus cualidades intelectuales y profesionales y su compromiso cristiano.

El impulso del Concilio Vaticano II
Finalmente, el Ing. Juan Carlos Villa Larroudet disertó sobre el tema "El movimiento ecuménico contemporáneo". En su discurso abordó aspectos de su génesis a comienzos del siglo XX, concentrándose en su dimensión espiritual. Destacó el mandato dado a la Iglesia de bautizar a todos los pueblos, iniciado en los tiempos apostólicos, y la asistencia del Espíritu Santo -"El les enseñará todo", y estimó que en el Concilio Ecuménico Vaticano II (concluido en 1965) la Iglesia Católica asumió un viraje innovador, que incluía tanto continuidad como renovación.

Tras mencionar brevemente las divisiones en la historia del cristianismo, citó documentos del Concilio Vaticano II, como Lumen Gentium y Unitatis Redintegratio, y observó que no se hablaba ya de cismáticos o herejes sino de hermanos separados. Y más que hablar de regreso, fueron alentando a unirse en peregrinación hacia la unidad.

Mencionó distintos hechos como el borrar en 1965 las excomuniones que desde el siglo XI se habían decretado entre el papa, obispo de Roma, y el patriarca de Constantinopla; los grupos de trabajo y estudio reunidos para formular acuerdos doctrinales y gestos como el de Pablo VI al regalarle su anillo al arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey, cabeza de la comunión anglicana.

Citó la encíclica Ut Unum Sint, de Juan Pablo II, que en 1995 señaló que esta actitud de la Iglesia Católica es irreversible. El orador subrayó el valor de la declaración luterano-católica sobre la justificación, de 1999.

El ecumenismo espiritual y el de los mártires
Hizo notar el repliegue de actitudes antiecuménicas y anticatólicas en el mundo protestante y evangélico, aunque también observó la dificultad de algunas nuevas controversias y divergencias en cuestiones éticas, por ejemplo, en el campo del anglicanismo. Y destacó el papel de los nuevos participantes ecuménicos, que no son las iglesias protestantes históricas sino las iglesias pentecostales, en rápido crecimiento.

Propuso oraciones con fundamento bíblico que podrían ser útiles para conformar una vida de oración común para todos los cristianos. Mirando hacia el futuro, deseó superar el escándalo de la división del Cuerpo de Cristo, cuya túnica está rasgada, y animar "el corazón del ecumenismo, o sea, el ecumenismo espiritual". Y, añadió, "el ecumenismo de los mártires", verificado en lugares donde todos los cristianos son perseguidos y muertos por querer seguir a Cristo, sin que los perseguidores distingan entre iglesias y confesiones.

"Tenemos que mirar hacia el futuro con confianza, se está trabajando muy fuerte. Y el Espíritu Santo está trabajando", concluyó.

Entre otros, asistieron el padre Ignacio García Mata S.J., asesor de la Academia; el ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, el médico especialista en bioética Hugo Obiglio y el abogado Gerardo Palacios Hardy, entre otros miembros de la Academia; el académico de la Historia Isidoro Ruiz Moreno, el editor Javier Colabelli y los abogados Roberto Bosca, Horacio Savoia y Alejandro Fernández Sáenz. Se hallaban también la esposa del nuevo académico, Mercedes Aberg Cobo, y cinco de sus diez hijos. (Jorge Rouillon)