Viernes 26 de abril de 2024

La asamblea de la Acción Católica generó su propio clima, de entusiasmo y alegría

  • 21 de agosto, 2012
  • Luján (Buenos Aires)
La asamblea federal de la Acción Católica Argentina concluyó con una misa en la plaza ante el santuario nacional de Luján el lunes al mediodía, con 7.000 participantes entusiastas a pesar de un cielo encapotado que amenazaba lluvia. Pero solo en el momento de la comunión muchos debieron abrir los paraguas ante una fina garúa que, por suerte, no pasó a mayores y fue amainando hasta desaparecer momentos después. Dos días antes, corriendo el riesgo de lluvia, el acto de apertura también se realizó en la plaza. Un clima de fiesta, de entusiasmo y alegría, marcó el encuentro, más allá de las dificultades del tiempo.
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La asamblea federal de la Acción Católica Argentina concluyó con una misa en la plaza ante el santuario nacional de Luján el lunes al mediodía, con 7.000 participantes entusiastas a pesar de un cielo encapotado que amenazaba lluvia.

Pero solo en el momento de la comunión muchos debieron abrir los paraguas ante una fina garúa que, por suerte, no pasó a mayores y fue amainando hasta desaparecer momentos después.

Así, uno de los asistentes cubrió con su paraguas al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, cuando distribuía la comunión.

Dos días antes, el sábado 18, fecha de la apertura de la asamblea, sí llovió intensamente por la mañana y hasta dos horas antes del comienzo de la misa no se tenía certeza de si podría celebrarse en la plaza, siendo que la basílica de Luján iba a quedar chica para todos los venidos a la asamblea.

"La Virgen dirá. Tendremos el acto de apertura que la Virgen quiera", comentó en ese momento el ingeniero Emilio Inzaurraga, presidente de la institución, al concluir un desayuno que reunió a dirigentes de la institución y de otras entidades en doce mesas de trabajo sobre temas orientados al bien común de la sociedad.

Porque hasta pasadas las once de la mañana caía agua del cielo y la misa de apertura estaba prevista para las 13.30.

Finalmente, corriendo el riesgo, el acto de apertura se realizó en la plaza. Aunque entre cánticos y preparativos, la misa empezó casi dos horas después de lo previsto.

A eso de las 15.10, cuando se llevaba entre cánticos una imagen de la Virgen al estrado levantado en medio de ese gran espacio abierto, repitiendo el estribillo "Oh, María, pasa por aquí", el sol asomó un instante entre las nubes, para regocijo de todos los presentes, que atribuyeron ese gesto a la Madre.

Luego el acto siguió con el cielo nublado, sin llover, y con algunos destellos de sol de tanto en tanto.

El lunes, en su mensaje final, el presidente de la Acción Católica, Emilio Inzaurraga, reelegido para un nuevo período, con la voz ronca por los cantos, discursos y conversaciones de estos días, hizo alusión al clima, a quienes "estuvieron aguantando esta inclemencia del tiempo sin moverse". Y les dijo: "Con la presencia de ustedes, la Acción Católica está más joven, más linda".

Una gran mayoría de adolescentes y jóvenes llenaba de colorido la plaza, con estandartes, sombreros, bufandas, casacas de distintos colores ?verde, azul, blanco, morado, amarillo, celeste y muchas combinaciones- que identificaban sus lugares de procedencia, desde Tierra del Fuego hasta Jujuy.

Algunas grandes banderas indicaban el nombre adoptado por los elementos juveniles de la Acción Católica: La (juventud) Motora, de Lomas de Zamora; La Nave, de Avellaneda-Lanús; La Tribu, de Quilmes...

Y no faltaban unos 1.400 niños aspirantes ?los "aspis"- con sus delegados y acompañantes.

También, aunque menos numerosas, había personas mayores, de muchos años de actuación en la institución. Y se recordó a quienes trabajaron antes, y transmitieron su testimonio, y a quienes Dios ya llevó a su seno. Los 7.000 participantes recibieron ?y algunos las lucían en sus tarjetas de identificación- estampas de dos argentinos estrechamente unidos a la institución que están en proceso de beatificación: el cardenal Eduardo Pironio y el empresario y padre de familia Enrique Shaw.

Tres obispos que hablaron durante la asamblea ?el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani; el obispo de Concordia, monseñor Luis Collazuol, asesor nacional, y el auxiliar de Buenos Aires, Eduardo García, nuevo asesor nacional- volvieron a sentirse "aspirantes" y evocaron con gran cariño su paso desde chicos por las filas de la institución.

"Viéndolos a ustedes, recuerdo mi camino en la Iglesia ?dijo Arancedo-. Fui aspirante y participé de algunas asambleas, también como delegado de aspirantes siendo miembro de la JAC (los jóvenes de Acción Católica).

Fui miembro de consejos diocesanos en la querida Lomas de Zamora (allí estalló una ovación de la "juventud motora"). Así que hay un camino que siguió y hoy me toca como obispo venir a la asamblea".

Monseñor García, a su vez, evocó cómo vivió la fe como aspirante y comentó que este año cumple 40 años como oficializado en la Acción Católica. Y expresó que "las asambleas son la sana excusa de Dios para reunirnos en comunión como Iglesia".

En su mensaje final, forzando la voz, casi sin voz, Inzaurraga dijo: "Creo que hemos vivido en Luján un encuentro de oración y de alegría". Y señaló que la Acción Católica existe para evangelizar, para proponer a otros "este encuentro con Jesús, que nos plenifica".

Y dirigiéndose a los más grandes, ante la renovación de los equipos dirigentes producida en la asamblea, les dijo que "no hay ningún ex en la Acción Católica" porque "esta es una vocación permanente y para siempre".

Entre otros, estaban ex presidentes nacionales, como Carlos Sabaté, Osvaldo González Prandi, Beatriz Buzzetti, Alejandro Madero (cuyo padre también fue presidente nacional)...

Un clima de fiesta, pleno de cánticos, conversaciones amables, intercambios de experiencias, unió en la asamblea a representantes de distintas generaciones e hizo caso omiso de las dificultades del tiempo para generar su propio ambiente, de entusiasmo y alegría, con la mirada puesta en Dios y en la Patrona de la Argentina.+ (Jorge Rouillon)