Lunes 14 de julio de 2025

'San Benito, maestro de esperanza': el Card. Poli llamó a no perder la fe

  • 14 de julio, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo emérito destacó la vigencia del mensaje del santo e invitó a los fieles a renovar la virtud de la esperanza como fuerza que sostiene la vida y guía hacia Dios en tiempos difíciles.
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En el marco de la celebración patronal de San Benito Abad, el cardenal Mario Poli, arzobispo emérito de Buenos Aires, presidió la misa central y, en su homilía, alentó a los fieles a renovar su esperanza en Dios, inspirados en el ejemplo del santo patrono del monacato occidental.

La celebración reunió a numerosos fieles, religiosos y religiosas que acudieron con devoción a rendir homenaje al santo abad. Su legado, transmitido a través de su Regla, sigue siendo faro de esperanza, oración y entrega a Dios en la vida cotidiana.

La homilía tuvo lugar en un contexto eclesial especial, marcado por dos acontecimientos significativos: por un lado, el recuerdo del Primer Concilio Ecuménico de Nicea, del cual se cumplen 17 siglos, y por otro, el Jubileo de la Esperanza convocado por el papa Francisco y continuado por el papa León XIV.

"El símbolo de fe que nos dejaron los padres de Nicea ?que proclama a Jesucristo como verdadero Dios y verdadero hombre? nos recuerda que todo comienza y culmina en Cristo", expresó el cardenal. En ese sentido, destacó cómo san Benito retomó esta centralidad de Cristo en su famosa máxima: "Nada absolutamente antepongan a Cristo", consigna que guió su vida, su regla y su legado monástico.

El cardenal Poli subrayó el llamado del papa a convertirse en "peregrinos de esperanza", recordando que esta virtud "es la más pequeña pero la más fuerte", y que no defrauda, pues se nutre de la fe y la caridad. Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, enfatizó que "la esperanza cristiana protege del desaliento y dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna".

Las esperanzas cotidianas
Durante la homilía, también mencionó las esperanzas cotidianas, las que "hoy venimos a poner en manos de san Benito" y enumeró: la salud de un hijo, la búsqueda de trabajo, la paz en el hogar, o la superación de una dificultad. "El Espíritu Santo las purifica y las orienta al Reino de los Cielos", afirmó.

El purpurado confesó que cada año relee la Regla de San Benito, de la que destacó su espíritu orante, su sabiduría práctica y su mirada compasiva.

"Cuando emprendas cualquier obra buena, ante todo pide a Dios con oración muy fervorosa que él la perfeccione", citó como una de las frases más inspiradoras.

Además, recordó que Dios nunca olvida a sus hijos, y citó las palabras del profeta Isaías retomadas por Francisco: "Dios se tatuó nuestro nombre en la palma de su mano". Con ese amor paternal, dijo, nos espera cada día y se inquieta cuando lo olvidamos.

La misa culminó con una oración para que San Benito siga siendo un "amigo en el cielo", un intercesor cercano ante las necesidades materiales y espirituales.

"Que el Señor les conceda tener siempre un corazón dócil y un oído atento para escuchar la Palabra de Dios", finalizó el cardenal Poli.+