Sábado 27 de abril de 2024

Participarán del Sínodo setenta y nueve latinoamericanos, de los cuales siete son argentinos

  • 7 de julio, 2023
  • Roma (Italia) (AICA)
51 son obispos y 28 no lo son. Entre los argentinos hay 3 obispos, dos sacerdotes, una religiosa y una laica también nacida en la Argentina, pero que representa a la Conferencia Episcopal de Chile.
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El Vaticano publicó, este viernes 7 de julio, la lista de participantes de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. En la lista figuran 79 latinoamericanos. Seis de ellos son argentinos: 3 obispos, un sacerdote, una religiosa, y una laica nacida en la Argentina, pero que representa a la Conferencia Episcopal de Chile.

De los 51 obispos, 38 fueron elegidos por las conferencias episcopales, y luego están el presidente del Celam, monseñor Jaime Spengler, 3 miembros de la Curia Romana, 6 obispos de nombramiento pontificio -entre ellos monseñor Lizardo Estrada Herrera- secretario general del Celam, y 3 miembros del Consejo Ordinario del Sínodo.

De los no obispos, un total de 28 personas (16 varones y 12 mujeres), 10 de ellos fueron elegidos como miembros entre los participantes de las asambleas regionales (6 mujeres y 4 hombres), 3 son religiosas designadas por el Papa Francisco, dos son representantes de los superiores mayores y 13 son facilitadores (10 hombres y 3 mujeres).

También habrá dos latinoamericanos y una latinoamericana entre los 9 presidentes delegados del Sínodo. Se trata del cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México, monseñor Luis Gerardo Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador, y la religiosa María de los Dolores Palencia, que es mexicana y constituye una total novedad en la historia de los sínodos, ya que es la primera vez que una mujer ocupa ese cargo.

Los 28 latinoamericanos no obispos
En total son 16 hombres y 12 mujeres. En la lista de los miembros figura la teóloga laica boliviana Erika Sally Aldunate Loza; las brasileñas Maria dos Anjos da Conceição, de Caritas Brasileña, y Sonia Gomes de Oliveira, presidenta del Consejo Nacional de Laicos de Brasil; y Valeria Karina López, laica, nacida en la Argentina, que es secretaria general adjunta de la Conferencia Episcopal de Chile. 

Las otras dos mujeres son las religiosas Rosmery Castañeda Montoya, hermana de la Caridad Dominica de la Presentación, teóloga nacida en Colombia y que reside en Panamá, y la  hermana Gloria Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), colombiana de la Orden de la Compañía de María.

Tres religiosas fueron designadas por el Papa Francisco: las hermanas María Dolores Palencia, mexicana, la nicaragüense Xiskya Lucía Valladares y la venezolana María de Fátima Vieira Diniz.

Los miembros de la asamblea hombres son Jesús Alberto Briceño Cherubini, laico venezolano migrante en Ecuador; el laico mexicano José Manuel de Urquidi González, en representación del Sínodo Digital, el padre Francisco Gerardo Hernández Rojas, presbítero diocesano de la arquidiócesis de San José (Costa Rica); y el laico nicaragüense Néstor Esaú Velásquez Téllez.

Como representantes de los superiores mayores participarán el padre Arturo Sosa, jesuita venezolano, y el superior de los Hermanos Maristas, el mexicano Ernesto Sánchez.

10 hombres y 3 mujeres como facilitadores
Los facilitadores son los presbíteros Pedro Brassesco, argentino, secretario general adjunto del Celam, y Agenor Brighenti, brasileño, miembro del Equipo Teológico del Sínodo. Junto a ellos estarán los laicos Leonardo Lima Gorosito, uruguayo, miembro de las Comunidades de Vida Cristiana y Mauricio López, mexicano residente en Ecuador, coordinador de la fuerza de trabajo responsable de la Fase Continental del Sínodo sobre Sinodalidad y parte de la comisión metodológica. 

También están en la lista los jesuitas Adelson Araújo dos Santos, brasileño; Miguel Martín, que también ejerce su misión en Brasil; y el peruano Juan Jorge Bytton Arellano. A ellos se unen el sacerdote y teólogo argentino Carlos Galli, el teólogo laico venezolano Rafael Luciani y monseñor Juan Fernando Usma Gómez, colombiano que trabaja en la Curia Romana.

Las tres mujeres entre los facilitadores son la hermana Daniela Cannavina, argentina, secretaria general de la CLAR, la también religiosa hondureña María Suyapa Cacho Álvarez; y la laica de la República Dominicana Iris González.

P. Pedro Brassesco: “Somos responsables de llevar las voces del continente”
El sacerdote argentino de la diócesis de Gualeguaychú y secretario general adjunto del Celam, padre Pedro Brassesco, que participará del Sínodo en calidad de facilitador, destacó que “la experiencia de las asambleas regionales fue muy rica, porque nos permitieron poner en práctica el método de la conversación espiritual, sumado a lo que significó para las asambleas el aporte por parte de los participantes”. 

Brassesco consideró que los representantes del continente latinoamericano y caribeño, que fueron elegidos entre los participantes de las cuatro asambleas regionales, “somos de alguna manera responsables de poder llevar las voces de todos los que participaron”, y recordó que “la síntesis continental recoge de manera muy esquemática, muy concreta, los grandes consensos”.

“También hubo muchas voces significativas que resuenan todavía y que es muy importante poder llevar al Sínodo, para que también allí sean escuchadas”, destacó el sacerdote argentino en declaraciones al Celam. 

Por eso, agregó que “lo que puede aportar el continente latinoamericano y caribeño es la conciencia de que somos pueblo de Dios y que desde esa dignidad es que todos tenemos la posibilidad de participar en la Iglesia y que, por lo tanto, esa posibilidad puede hacerse efectiva en distintos ámbitos”, poniendo como ejemplo el ámbito ministerial. Algo a concretar, “en el ámbito de distintas instancias, algunas existentes y otras que sería bueno pensar donde haya una participación más eclesial en la toma de decisiones a nivel de las comunidades, de las parroquias, de las diócesis”.

En la toma de decisiones, Brassesco ve importante “poder promover algunos estamentos de la Iglesia que actualmente participan de manera intensa, pero que no tienen la posibilidad de participar en ámbitos de decisión, como por ejemplo las mujeres o los jóvenes”. También insiste en la mirada hacia la realidad social, “que implica un compromiso fuerte por parte de los católicos y que abre las puertas a la comunión, a la misión y a la participación, y esta relación que debe ser pensada más en profundidad entre la colegialidad, la sinodalidad y la eclesialidad, que son instancias que deberían pensarse de una manera más concreta sobre cómo se relacionan”.+