El obispo de Deán Funes, monseñor Enrique Eguía Seguí, la declaró santuario diocesano el 12 de octubre, consolidando a Villa de María del Río Seco como nuevo destino de fe de la prelatura.
Con una misa presidida por Mons. Enrique Seguía Segui, la catedral fue ámbito de acción de gracias por la historia prelaticia, recordando a los obispos Ramón Iribarne y Lucas Donnelly.
El presidente de la CEA recibió representantes de las universidades. También mantuvo un encuentro con el rabino Fishel Szlajen, con las autoridades del Centro Islámico y la agencia AICA.
El obispo prelado de Deán Funes destacó la presencia maternal de María desde el comienzo de la Iglesia, y su deseo de acompañar y cuidar a su pueblo, patente en la fundación de ese pueblo cordobés.