Las monjas, de la congregación de San José de Cluny, habían sido secuestras el martes 5 de marzo por bandidos armados, informó la Conferencia haitiana de religiosos.
La red de comisiones de Justicia y Paz se solidarizó con el pueblo haitiano e instó a la comunidad internacional a no ser indiferente ante el sufrimiento que se vive en el país caribeño.
Las bandas criminales atacaron varios edificios públicos -incluidas las cárceles- y privados, entre ellos el hospital católico 'San Francisco de Sales', en Puerto Príncipe.
El Santo Padre condenó el atentado en una parroquia en que se estaba celebrando la misa y en el que fueron asesinadas quince personas.