Francisco no pronunció la homilía de la misa en memoria de los fieles difuntos, presidida en el Cementerio Laurentino y se detuvo en oración ante las tumbas de los niños no nacidos.
El Papa invitó a mirar a los santos, a los que definió como "personas llenas de Dios" y destacó a figuras contemporáneas como Maximiliano Kolbe, la Madre Teresa de Calcuta o el arzobispo Óscar Romero.