Martes 19 de marzo de 2024

Card. Poli: Que la Virgen de Itatí siga iluminando el camino de la Patria

  • 9 de julio, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, presidió este 9 de julio una misa por la patria, a 204 años de la declaración de la Independencia.
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En el 204° aniversario de la Independencia nacional y en el marco de la fiesta de Nuestra Señora de Itatí, el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, presidió este 9 de julio en la catedral metropolitana, una misa por la Patria.

“Hoy, en el aniversario de la Independencia nacional damos gracias por todos los dones que hemos recibido de las manos de Dios. Ofrezcamos el trabajo de hombres y mujeres que desde las fábricas, los talleres, los campos, las oficinas, las aulas, las rutas y los hogares han sostenido y han hecho crecer a la Patria, para que sea verdaderamente independiente cada día”, expresó al comienzo de la misa el rector de la catedral, presbítero Alejandro Russo, concelebrante de la Eucaristía junto con monseñor Joaquín Mariano Sucunza, obispo auxiliar y vicario general de Buenos Aires.

“Este día, para los católicos y todos los argentinos, tiene un color dominante, el azul y blanco. Son los que lucen en el manto de la Virgen de Itatí, que tengo a mis espaldas, y los que flamean en la bandera que nos identifica a los argentinos. Son los colores que no sin inspiración divina nos legó Manuel Belgrano, y hoy más que nunca los hacemos nuestros al evocar la gesta de la Independencia nacional”, señaló.

“Según una venerable tradición, la imagen de la Virgen de Itatí habría sido encontrada sobre una piedra. Itatí, en la lengua guaraní significa ‘punta de piedra’. Encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana. Una vez trasladada, la imagen misteriosamente desapareció dos veces de su ermita y volvió al lugar donde había sido encontrada”, recordó. “Con eso dio a entender el lugar desde donde deseaba la Madre bendecir a su pueblo. Pues entonces, en ese mismo sitio se le edificó definitivamente su templo. El 23 de abril de 1918, la Virgen de Itatí ya en su majestuoso santuario fue proclamada patrona y protectora de la arquidiócesis de Corrientes”.

“Pero nos preguntamos: ¿Cuál es el verdadero milagro de la Virgen de Itatí? ¿Por qué la celebramos en este día? Los signos celestes con los que se presentó en su origen, tuvieron una proyección inimaginable en la evangelización de nuestra Patria. Los acontecimientos que se dieron en estos cuatro siglos con su presencia maternal, tienen por testigos a millones de devotos que peregrinando a su santuario, ante su bella y celestial imagen, le cuentan sus necesidades y problemas, y también dan muestras de gratitud por los favores recibidos”, destacó.

“En esos encuentros entre los hijos y la Madre, hay historias de conversión, lágrimas de pecadores arrepentidos, anhelos y promesas de comenzar un nuevo camino, y sobre todo y siempre, ella sigue señalando a su hijo Jesús para que ‘hagan todo lo que Él les diga’, porque esa es la principal misión de la Virgen en la vida de la Iglesia: ganar el corazón de sus hijos primero, para luego correrse y que Cristo ocupe el centro de nuestra fe”, afirmó.

“La devoción a la Virgen de Itatí tiene raíces profundas en el acervo cultural del pueblo correntino. Ya desde sus ancestros, los bravos guaraníes la hicieron suya. En sus ojos se espejaron, como en una síntesis histórica, los tiempos felices de los pueblos de misión que crearon franciscanos y jesuitas, hasta los primeros albores de nuestra Patria, cuando respiraba nuevos aires de libertad e independencia”.

“Al evocarla en su fiesta, con el mismo espíritu que hoy la venera el pueblo correntino y gran parte de nuestro Litoral, con sus grandes peregrinaciones a su santuario y alegres fiestas en su honor, donde los gritos del sapucay son para ella, sobran motivos para que nuestros ojos se vuelvan a ella para pedirle por la Patria, en el día en que damos gracias a Dios por un nuevo aniversario de la declaración de la Independencia”.

Al referirse al Evangelio, el cardenal afirmó: “La Virgen de la Visitación es el ícono más auténtico de una Iglesia que sale para anunciar la verdad y la belleza del Evangelio de Jesús. En aquel encuentro feliz, los beneficios de María y los dones de la presencia del Señor se manifestaron enseguida, pues así que Isabel, su parienta, oyó el saludo de María, su criatura saltó de gozo en su seno y ella quedó llena del Espíritu Santo”, destacó. 

"Ella hace más fácil el Evangelio de su hijo, y así iluminó los primeros pasos de la evangelización en América. Ella también comprometió su presencia cuando se gestaba nuestra Nación, hace más de dos siglos, cuando los congresales provenientes de provincias lejanas, llegaban a la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán, consagraron su primera jornada, jornada para pedir a Dios inspiración y sabiduría en la causa que los apasionaba".

"Los obispos, cuando se cumplieron los 200 años, decíamos que los congresales pensaron en nosotros. Y no cabe duda de que somos la razón de la sacrificada y riesgosa entrega de sus vidas, tiempo e intereses que sin titubeos nos ofrecieron. El ideal de vivir la Argentina como una gran familia, donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia, está muy lejos de haberse alcanzado", advirtió.

"La independencia y libertad proclamada hace dos siglos no siempre se tradujo en tiempo de paz y progreso para todos. Aun así, en medio de la pandemia que nos afecta a todos, hoy retomamos el sagrado legado que nos dejaron los hombres de Tucumán, y con esperanza cristiana le pedimos a la Virgen de Itatí que ponga bajo su manto a la familia humana para superar la prueba de la enfermedad, y nos siga iluminando el camino para construir una Patria más justa, fraterna y solidaria".+