Martes 15 de julio de 2025

Crisis humanitaria en Gaza: Cáritas pide al mundo 'que no mire para otro lado'

  • 14 de julio, 2025
  • Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
"intervención internacional y alto el fuego inmediato, para evitar más pérdidas de vidas y dignidad humana", es el nuevo llamamiento urgente que hicieron desde la organización.
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Cáritas Jerusalén emitió un nuevo llamamiento, denunciando la crisis humanitaria en Gaza: "Con la intensificación de las hostilidades y el bloqueo de suministros esenciales, todos los sectores de la vida civil se están desmoronando", afirmó la organización caritativa de la Iglesia en un comunicado en el que pide la intervención internacional para evitar más pérdidas de vidas y dignidad humana. "Se necesita con urgencia un alto el fuego inmediato y el acceso humanitario sin trabas", exhortaron.

Cáritas ofreció un resumen detallado de las condiciones que enfrentan los residentes de la Franja.

Seguridad alimentaria
El hambre aguda afectó a toda la población. Las panaderías apoyadas por la ONU están cerradas. El aumento de los ataques contra quienes buscan ayuda -758 muertos y más de 5.000 heridos desde el 27 de mayo- detuvo la entrega de alimentos. 

Agua, saneamiento e higiene: Más del 80% de la infraestructura se encuentra en zonas de conflicto activo. La escasez de combustible paralizó la producción de agua, el tratamiento de aguas residuales y la eliminación de residuos. 

Casi el 40% de todas las enfermedades reportadas son diarrea acuosa aguda. 


Salud: Los hospitales están saturados y carecen de recursos. Los suministros médicos, el combustible y las camas escasean gravemente. Solo en junio se reportaron 484 casos sospechosos de meningitis. 

Las enfermedades transmitidas por el agua y la desnutrición aumentan rápidamente; protección: las familias están cada vez más expuestas a la violencia de género, la explotación infantil y traumas psicológicos extremos. 

Muchos servicios de primera línea han cesado sus operaciones debido a la inseguridad y la destrucción; educación: más de 15.800 estudiantes y 700 miembros del personal escolar perdieron la vida. 85 espacios de aprendizaje temporales suspendieron sus operaciones, lo que afecta a más de 33.000 niños. La educación está prácticamente paralizada.

Refugio: se estima que 1,3 millones de personas necesitan urgentemente refugio de emergencia y artículos para el hogar. No entraron materiales de construcción de refugios en Gaza desde marzo, mientras que el hacinamiento y los repetidos desplazamientos están exacerbando la emergencia humanitaria; logística y telecomunicaciones: el acceso humanitario se vio gravemente obstaculizado. 

Más de 680 camiones permanecen varados en la frontera. La escasez de combustible amenaza con sumir a Gaza en un apagón total de comunicaciones. 

La presencia de Cáritas
A pesar de la gravedad de la situación sobre el terreno, Cáritas Jerusalén está presente en Gaza con 10 puntos médicos y una clínica central en la ciudad de Gaza; asistencia psicosocial para niños y mujeres traumatizados; y asistencia económica para ayudar a los más vulnerables a cubrir sus necesidades básicas.

Alto el fuego inmediato
Cáritas también anuncia la suspensión de un centro médico en la zona de Al Zaitoun debido al deterioro de la situación, especialmente en torno a dos iglesias cristianas: la Iglesia Ortodoxa de San Porfirio y la Iglesia Latina de la Sagrada Familia. De ahí el llamado de Cáritas a gobiernos, organizaciones humanitarias, instituciones religiosas y personas de conciencia de todo el mundo para que: "pidan un alto el fuego inmediato; garanticen el acceso humanitario sin trabas; y protejan a la población civil, especialmente a los niños y a las familias desplazadas". 

"Hay vidas que penden de un hilo. El mundo no debe mirar hacia otro lado", concluye Cáritas.

El colapso de Gaza y el fracaso de la comunidad internacional
Tras 21 meses de ofensiva israelí en Gaza, las agencias humanitarias advierten de un colapso operativo inminente. La poca ayuda que se entrega a quienes permanecen en la Franja corre el riesgo de detenerse por completo. Mientras tanto, el número de muertes civiles va en aumento. El domingo, al menos 95 palestinos murieron en ataques israelíes, entre ellos niños que recogían agua y personas que compraban en un mercado de la ciudad de Gaza.

El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) confirmó la muerte de otro bebé desnutrido, mientras que ocho agencias de la ONU señalaron que, sin combustible, su labor para salvar vidas podría verse pronto interrumpida. El Ministerio de Salud de Gaza informa ahora de más de 58.000 muertos y 138.000 heridos desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023.

El elevado y creciente número de muertos no sorprende, dado que el ejército israelí intensificó sus bombardeos. Hasta la mañana del lunes 14 de julio, se atribuyó más de 100 nuevos ataques aéreos solo en las últimas 24 horas. 


Las operaciones terrestres también continúan en el norte de Gaza. La ayuda es escasa, y los intentos de recogerla resultaron letales después de que dos personas murieran cerca de un centro de ayuda en Rafah el domingo, las últimas víctimas de muchas desde que la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza, respaldada por los Estados Unidos e Israel, intervino después de que se prohibiera o bloqueara la entrada a la Franja de otras agencias.

La comunidad internacional se enfrenta a una creciente presión para actuar. El director de UNRWA, Philippe Lazzarini, advirtió el 11 de julio que Gaza se convirtió en un cementerio de niños y personas hambrientas, calificando el bloqueo de la ayuda de "un plan cruel y maquiavélico para matar".

Temores por el futuro de Rafah
Las críticas internacionales también aumentan por el controvertido plan israelí de construir una "ciudad humanitaria" en Rafah. El campamento propuesto albergaría a decenas de miles de palestinos desplazados en sus ruinas. Según medios israelíes, la construcción podría durar más de un año y costar hasta 15 000 millones de dólares.

El ex primer ministro israelí Ehud Olmert ha condenado públicamente el plan, calificándolo de limpieza étnica. "Es un campo de concentración", declaró, advirtiendo que una instalación de este tipo -donde la entrada es forzada y la salida restringida- privaría a los palestinos de su libertad y dignidad bajo el pretexto de la atención humanitaria. El líder de la oposición, Yair Lapid, se hizo eco de esta preocupación, afirmando que Israel corre el riesgo de sufrir daños morales irreparables.

Grupos de derechos humanos y funcionarios de la ONU advierten que la ciudad encarcelaría a los palestinos sin proceso ni opción, convirtiendo la infraestructura de ayuda humanitaria en una herramienta de control. El plan, afirman, es incompatible con el derecho internacional y la dignidad humana.+