Francisco imploró "voluntad política para abordarlo como un problema global" y llamó a no olvidar a las víctimas. Pidió también colaboración entre los Estados para ayudar a construir un mundo mejor.
Andrea Tornielli destaca que el "nulla osta" fue posible gracias al reconocimiento de los frutos positivos de la experiencia espiritual en el santuario y al enfoque pastoral de Francisco.