"Sin temor a exagerar podemos afirmar que, nuestra infantil insistencia, enternece el Corazón de Dios. Quienes se hacen como niños son atendidos sin demora por el Padre", sostuvo el arzobispo.
"La condición para ser acreedor de la gracia es la fe. La misericordia y el perdón se logran mediante la fe en la persona de Jesús", recordó el arzobispo emérito de Corrientes.
"Es un pecado grave de omisión ocultar o negar la presencia de Cristo - Evangelio del Padre - a un mundo que necesita ser salvado por Él", planteó el arzobispo emérito de Corrientes.
"Urge la necesidad de avivar la fe en los signos sacramentales y en la misión de quienes deben celebrarlos. Avivar la fe es renovarla en y desde la Iglesia, fundada en los apóstoles", planteó.