El arzobispo emérito de Corrientes recordó que "el amor es la plenitud de la ley" y subrayó: "El amor a Dios compromete nuestro servicio a los hermanos más pobres y necesitados".
"La confianza en la presencia inspiradora de Jesús, resuelve el estado de desconfianza que amenaza prevalecer, sobre todo en circunstancias particularmente críticas, como las actuales", planteó.
"En cada templo se encuentra la Iglesia, dispensando los medios de santificación de que dispone, para prodigarlos generosamente a quienes, mediante una catequesis, deciden celebrarlos", destacó.
"La práctica piadosa de la oración y, especialmente la Eucaristía nos convierten en beneficiarios más que en benefactores. Oremos generosamente por nuestros hermanos difuntos", pidió el arzobispo.