"Que podamos, cada uno de nosotros, experimentar el amor de Dios, dejarnos perdonar y acariciar por Él y ser mucho más buenos entre nosotros", pidió el arzobispo de Buenos Aires.
En la reapertura de la parroquia del barrio porteño de Belgrano, el arzobispo llamó a la comunidad a recibir a todos sin preguntar de dónde viene ni poniéndole requisitos ni exigencias a su vida.
El arzobispo de Buenos Aires y referentes de diversas religiones se reunieron en la sede de la DAIA para promover la cooperación en la construcción de una sociedad inclusiva.
"Que confiemos en este Dios que se muestra en Jesucristo, que es el rostro misericordioso del Padre", propuso el arzobispo de Buenos Aires en su reflexión sobre la parábola del hijo pródigo.