Mons. Buenanueva celebró 35 años de sacerdocio
- 1 de octubre, 2025
- San Francisco (Córdoba) (AICA)
En una misa de acción de gracias celebrada el 28 de septiembre en la catedral de San Francisco, el obispo llamó a vivir con fidelidad el Evangelio, reconociendo con gratitud luces y sombras del camino

En una misa de acción de gracias celebrada el domingo en la catedral de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva conmemoró sus 35 años de ordenación sacerdotal. Ante una numerosa asamblea de fieles y sacerdotes, el obispo de San Francisco presidió la Eucaristía y centró su homilía en el llamado a escuchar y vivir la Palabra de Dios.
Inspirado en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro, el prelado reflexionó sobre los efectos destructivos de un estilo de vida centrado exclusivamente en uno mismo, que conduce a la insensibilidad frente al sufrimiento del prójimo y a la sordera espiritual ante la voz de Dios.
"No es la posesión de riquezas, sino esa ceguera interior que nos vuelve insensibles al drama humano. Un estilo de vida que va centrándose cada vez más en el propio interés y bienestar", afirmó monseñor Buenanueva.
Recordando que "tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen", el obispo subrayó que la fe cristiana nace de la escucha humilde de la Palabra, que no solo se oye, sino que se acoge en el corazón y se traduce en vida concreta. En ese sentido, evocó la figura de María como modelo perfecto de esa escucha fecunda, y pidió su intercesión para que los creyentes sepan vivir con fidelidad el Evangelio.
Durante la homilía, también hizo memoria agradecida de su camino sacerdotal iniciado hace 35 años, describiéndolo como un ministerio "bello y luminoso", pero también marcado por fragilidades, desafíos y aprendizajes.
"Han pasado ya los días de la juventud. La madurez serena el alma, tiende a hacernos más pacientes con los demás, con nosotros mismos. Hemos aprendido que en la vida se entremezclan luces y sombras, muerte y resurrección, pecado y gracia. Pero también a reconocer en ella, como los peregrinos de Emaús, al Señor que viene siempre de vencer la muerte", expresó.
Al mirar hacia atrás, monseñor Buenanueva destacó la importancia de las comunidades, la familia, los amigos, el seminario y tantos rostros concretos que lo ayudaron a crecer en la fe y en el servicio.
Finalmente, con palabras de san Pablo a Timoteo, el obispo alentó a todos -y en particular a los más jóvenes- a vivir con fidelidad el llamado a la santidad: "Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad. Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna..."
La celebración culminó con múltiples muestras de afecto hacia el obispo por parte de los presentes. En su mensaje final, monseñor Buenanueva volvió a encomendar su ministerio y el de toda la diócesis a la Virgen María, invitando a todos a seguir escuchando y viviendo la Palabra con corazones humildes y disponibles.+