Mons. García Cuerva: 'Seamos peregrinos de esperanza, con el corazón inquieto'
- 12 de agosto, 2025
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo porteño explicó que "peregrinación" significa "atravesar campos o fronteras" y animó a cruzar aquellas que generan distancias, ya sean ideológicas, culturales, afectivas o geográficas.
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, invitó a los fieles a "ser peregrinos de esperanza" al estilo de Abraham, Isaac y Jacob, que se pusieron en camino movidos por la fe y la certeza de que Dios cumple sus promesas.
Inspirado en la Carta a los Hebreos, el prelado recordó que "la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven" y que, a partir de esa fe y esperanza, los patriarcas se animaron a peregrinar "sin certezas humanas pero con una enorme certeza divina".
"También nosotros debemos ser peregrinos, no sólo con los pies, sino con el corazón y con el alma: cristianos testigos del Señor, movilizados, que no se enfrían por las dificultades de la vida, sino que mantienen un corazón inquieto, que busca y se compromete con los demás", afirmó.
El peligro del "quietismo espiritual"
El arzobispo porteño advirtió sobre el peligro del "quietismo espiritual" o la "pachorra del alma", que surge "cuando en el corazón perdemos las ganas" y dejamos de movernos al ritmo de la esperanza.
En ese sentido, monseñor García Cuerva explicó que "peregrinación" significa "atravesar campos o fronteras", y animó a cruzar aquellas que generan distancias, ya sean ideológicas, culturales, afectivas o geográficas.
"Cuántas grietas tenemos que animarnos a curar. Cada uno sabrá cuál es la frontera que debe cruzar para ser un verdadero peregrino de esperanza", puntualizó.
El pastor porteño subrayó que la esperanza cristiana "se funda en la fidelidad de Dios que no nos abandona", y no depende del optimismo humano, sino de Cristo y sus promesas.
Una esperanza que compromete
Comentando el Evangelio, destacó la invitación a "estar preparados, ceñidas las túnicas y las lámparas encendidas": "La esperanza nos compromete con el presente y nos llama a iluminar las realidades oscuras con la luz del testimonio", planteó.
Asimismo, pidió cuidar la esperanza de la "ansiedad" que impide esperar con paciencia y del "desaliento" que perfora el corazón: "No nos dejemos ganar por la mala onda ni por las malas noticias", exhortó.
El arzobispo recordó las palabras de Jesús: "No temas, pequeño rebaño" y alentó a no medir la misión pastoral por números, sino por la fidelidad al Evangelio.
Monseñor García Cuerva concluyó con unos versos del obispo español-brasileño Pedro Casaldáliga: "Es tarde pero es madrugada si insistimos un poco", invitando a confiar en que "la promesa de Dios nunca nos abandona".+