Sábado 15 de junio de 2024

Mons. Colombo: 'La Iglesia nace en todo el misterio pascual'

  • 21 de mayo, 2024
  • Mendoza (AICA)
"En Pentecostés, con la fuerza del Espíritu Santo, encuentra la dirección, el entusiasmo y el fervor para no encerrarse", destacó el arzobispo de Mendoza en su homilía dominical.
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El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo presidió la Eucaristía desde la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de la localidad mendocina de Godoy Cruz, donde recordó que “la fiesta de Pentecostés siempre nos regala la gratitud de nuestro corazón como respuesta a tanto amor de parte de Dios”.

Al referirse a las lecturas de este domingo, destacó esa “posibilidad de entenderse, de comprenderse, de dialogar en el idioma del amor, que es el idioma de Dios, nos hace notar cómo se puede entender el servicio de la Iglesia a la humanidad”.

“Para superar la tragedia de Babel, la Iglesia nos propone el idioma de Dios, el lenguaje del amor de Dios que permite que los corazones se entiendan a pesar de la diversidad de culturas, de lenguas, de vivencias”, subrayó en la homilía.

El arzobispo mendocino puso el acento en el Pentecostés particular que narra San Juan, porque “en su llegada, el Espíritu Santo aparece unido a la gran vivencia de la Pascua”.

“Jesús les comunica el Espíritu Santo a los apóstoles y les dice: ‘así como el Padre me envió, Yo los envío’. No dice a dónde, dice a quienes: a los que ustedes perdonen los pecados, a los que ustedes necesiten del anuncio de la Palabra, a los que ustedes necesiten comunicarles la alegría del Evangelio”, describió.

“Celebramos Pentecostés, celebramos que la Iglesia no es un movimiento cerrado, celebramos que la Iglesia nunca fue una secta; sino la comunidad del discípulo amado, la Iglesia de los hijos de Dios, la familia de los creyentes que podían compartir esa novedad del Evangelio con todos los pueblos”, diferenció.

Monseñor Colombo recordó que “alguna vez se ha dicho que la Iglesia nació en Pentecostés” y precisó: “En realidad, la Iglesia nace en todo el misterio pascual; nace al pie de la mesa de la Eucaristía, donde Jesús lava los pies a los discípulos; nace del costado herido de Cristo que brota sangre y agua”.

“Por supuesto, en Pentecostés, con la fuerza del Espíritu Santo, encuentra la dirección, el entusiasmo y el fervor para no encerrarse. Feliz Pentecostés. Concluimos el tiempo pascual, pero no concluye nunca la alegría del Evangelio. Al contrario, hoy encontramos en esta fiesta la razón de ser de nuestra condición de bautizados”, concluyó.+