El arzobispo de Córdoba destacó la importancia de ver y comprender al prójimo con los ojos de Dios, enfatizando la necesidad de superar el egoísmo y abrirse al amor y la esperanza.
En su reflexión semanal, el obispo de San Francisco medita sobre el dolor profundo de Dios, cuando ve cómo algunos de sus hijos e hijas matan en sus corazones la compasión por el hermano que sufre.
En el 105° aniversario de su nacimiento, se celebró una misa en la catedral porteña presidida por el arzobispo, quien resaltó la relevancia actual de las enseñanzas del prelado.
El arzobispo de Buenos Aires animó a "tomar conciencia de que no podemos solos, de que somos frágiles, de que necesitamos de los demás y de que tenemos que confiar nuestra vida al Señor".