También conocida como Cántico al Hermano Sol, fue compuesta por San Francisco de Asís, cuando ya se encontraba prácticamente ciego, como alabanza y acción de gracias a Dios por la Creación.
"Nadie es inútil, nadie es indigno, cada existencia es un regalo de Dios que debe ser recibido con amor y respeto", afirmó el pontífice en una audiencia en el Vaticano.